10/08/2018 | | Enfoque

El INDEC le puso cifras oficiales al desplome

La caída del 26,9% en las ventas informada por el INDEC no sorprende al mundo de la maquinaria, donde el «parate» de la actividad se sufre con crudeza. Más aún, julio y el arranque de agosto ratifican esa tendencia. La expectativa del sector es un rebote positivo para los próximos meses.

Por Néstor Sargiotto
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Cosechadoras Serie 130 de Case IH

Las ventas de maquinaria agrícola cayeron 26,9% en el segundo trimestre

Según los datos del INDEC, las cosechadoras reportaron la mayor baja interanual, con un desplone de 52% respecto a las unidades comercializadas en igual período de 2017. También se retrajeron las ventas de tractores (-27,9%), sembradoras (-20,5%) e implementos (-23,6%).

El informe del INDEC correspondiente al segundo trimestre del año no hizo más que poner cifras oficiales a lo que en el universo de las empresas de maquinaria agrícola se viene experimentado en carne propia desde hace varios meses: La fuerte caída en la actividad, combinada con el corte en la cadena de pagos y la falta de financiamiento.

En el plano productivo, el año arrancó complicado por los efectos de la sequía, que luego se terminó de «embarrar» con las lluvias en exceso al momento de la cosecha.

Pero el golpe de gracia lo dio la inestabilidad macroeconómica, corrida cambiaria mediante, profundizada a partir de mayo.

El escenario de incertidumbre se multiplicó con las fuertes especulaciones devaluatorias, máxime en un sector como el campo, cuya moneda de pago está indisolublemente ligada a la evolución de la divisa norteamericana.

La desaparición del crédito en condiciones accesibles, combinada con corte de la cadena de pagos, terminaron de completar el combo.

Paradójicamente, la devaluación le devolvió al campo un poder adquisitivo que hace un año no poseía. Y si bien las máquinas tienen muchos componentes que acompañan a la cotización del dólar, lo cierto es que hoy comprar un equipo «pesa mucho menos» que en 2017 medido en toneladas de soja, por ejemplo.

Claro que ese es un cálculo teórico. En la práctica, a mayor incertidumbre, mayor es la tendencia de quienes prefieren sentarse a esperar que aclare el panorama.

Eso explica en buena medida la caída de 26,9% en las ventas de maquinaria durante el segundo trimestre informada por el INDEC.

¿Como seguimos?

La foto al mes de junio ya la tenemos con cifras confirmadas. A lo que podemos agregar que julio y el arranque de agosto siguió con parámetros similares.

La expectativa en el sector de la maquinaria es que en los próximos meses comience a verificarse un repunte de la actividad.

En parte, por efecto «rebote», debido a que muchas decisiones de compra fueron simplemente postergadas en los últimos meses por la incertidumbre general.

Otra parte, por la mencionada recuperación del poder de compra de los granos.

Otro componente, aunque supeditado a factores bastante complejos, sería que vuelva el crédito, una herramienta que en los últimos meses brilló por su ausencia (con bancos más enfocados en aprovechar el festín de LEBAC, LETES y demás yerbas, antes que financiar a la producción).

Finalmente, más hacia fin de año, también debería pesar el hecho de que, al cerrar los balances, muchos productores deberán salir de compras para no tributar por ganancias excepcionales derivadas de una campaña en la que se sembró con la soja a $ 3.500 y se cosechó con la reina rozando los $ 8.000.

Lo bueno es que no hace falta que se alineen todos esos planetas.

Bastaría con que un par de los factores apuntados se combinen para comenzar a tocar esta sinfonía en clave de recuperación.

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