09/11/2018 | | Enfoque

Para las cosechadoras, fue el peor trimestre desde 2002

Las 102 cosechadoras vendidas en el tercer trimestre de 2018 constituye el registro más bajo desde la primera medición oficial del INDEC, inmediatamente después del estallido económico de 2001.

Por Néstor Sargiotto
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Las ventas de maquinaria agrícola cayeron 43,6% en el tercer trimestre

Según los datos del INDEC, las cosechadoras volvieron a registrar la mayor baja interanual, con un descenso de 65% respecto a las unidades comercializadas en igual período de 2017. Además, bajaron las ventas de tractores (-53,9%), sembradoras (-19,2%) e implementos (-35,4%).

Las estadísticas suelen ser lapidarias, sobre todo cuando los números se expresan con tanta contundencia que no dejan lugar para segundas lecturas.

Según el informe trimestral del INDEC, entre julio y setiembre se comercializaron 102 cosechadoras 0 Km en Argentina, de las cuales 71 unidades correspondieron a modelos nacionales (eso incluye a las versiones ensambladas localmente por las multinacionales) y 31 equipos fueron directamente importados.

La cifra general marca el indicador más bajo desde el primer trimestre de 2002, es decir, el trimestre inmediatamente posterior a la implosión económica que marcó el fin de la Convertibilidad.

Justamente, tras el cambio de modelo económico el INDEC comenzó a suministrar cifras oficiales de ventas de maquinaria agrícola en el país, en función de un relevamiento trimestral entre 50 empresas líderes del sector.

Desde el piso

¿Ya pasó lo peor?

El INDEC le puso cifras oficiales a una caída drástica en las ventas de maquinaria. La duda para los protagonistas del sector es cuándo comenzará a revertirse la tendencia.

El primer dato de la serie indica que en el primer trimestre de 2002 se vendieron en el país apenas 45 cosechadoras (23 nacionales y 22 importadas).

A partir de ese piso histórico, el sector comenzó a mostrar una curva ascendente en su actividad, registrando ventas por 136 unidades en el segundo trimestre de ese mismo año (pese a que los desajustes macroeconómicos persisitían por ese entonces).

Claro que el salto de relevancia se dio en los años siguientes, alcanzando un récord de ventas de 1.146 unidades en el primer trimestre de 2004.

Ciclo K

A lo largo de los 12 años del período kirchnerista, las ventas de cosechadoras promediaron 1.650 unidades anuales, lo que reporta una media de algo más de 400 equipos por trimestre.

Claro que el final de la «Era K» no fue precisamente a toda orquesta. En 2015, se comercializaron apenas 693 cosechadoras, con una media de  173 unidades por trimestre.

Con Macri, flojo

Más allá de la buena recepción que supuso para el sector la llegada del nuevo gobierno, a la hora de los números es desempeño no fue demasiado sobresaliente en el mercado de cosechadoras.

En 2016 se comercializaron 1.066 cosechadoras, uno de los registros más bajos de los últimos 10 años.

En 2017 repuntó la actividad, con 1.455 unidades, todavía por debajo de la media alcanzada durante el ciclo anterior… y a años luz de las 3.203 cosechadoras vendidas en 2004, época en la que la dupla Kirchner-Lavagna todavía se floreaba con los superávits gemelos.

El 2018 no promete un final demasiado feliz. Entre enero y setiembre se vendieron apenas 633 cosechadoras, bastante lejos del piso de 1.000 cosechadoras que los pronósticos más pesimistas vaticinaban para todo el ejercicio hace apenas unos meses.

Dos aclaraciones

Para terminar, dos aclaraciones de rigor:

1) Los números de unidades vendidas pueden ser relativos, sobre todo cuando se comparan estadísticas de muchos años atrás. Durante la última década, las cosechadoras han evolucionado mucho en potencia, capacidad operativa y tecnología disponible, por lo que una cosechadora de hoy «vale» mucho más que una de 2002.

Pero no nos engañemos con esa excusa. Las ventas de cosechadoras cayeron 65% respecto al tercer trimestre de 2017, y, en este caso, los modelos son los mismos.

2) Los últimos años no sólo fueron flojos en las ventas de cosechadoras en general, sino que la producción nacional perdió peso relativo. Entre 2017 y lo que va de 2018, las cosechadoras importadas representaron 40% de las ventas del rubro (en 2015 la participación era de 15%).

Y más aún, del 60% adjudicado a «equipos nacionales», casi la totalidad corresponde a modelos ensamblados localmente por multinacionales, con una mínima participación de componentes locales.

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