17/12/2018 | | Enfoque

A la maquinaria se le despertó la India

El gigante asiático amenaza con copar el mercado mundial de tractores en base a bajos costos de producción y una escala sin igual. Teléfono para China y las grandes marcas occidentales.

Por Néstor Sargiotto
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Cuando a comienzos de año visité la planta de Sonalika en Hoshiarpur (Punjab, India) tuve la oportunidad de conocer de primera mano un pantallazo del futuro que se viene en el mundo de los tractores (y de la maquinaria agríucola en general) a nivel mundial.

La unidad fabrica la friolera de 100.000 tractores por año, aunque la capacidad instalada le da para ensamblar hasta 300.000 unidades, con un ritmo de producción que llega a un tractor cada dos minutos.

India-Japón, un matrimonio por conveniencia

La sociedad anunciada por Kubota y Escorts Group se suma a otras operaciones ya concretadas entre empresas de Japón e India., como las suscritas por Mahindra-Mitsubishi, Sonalika-Yanmar y TAFE-Iseki. ¿A qué se debe este fenómeno?

Los números de por sí son elocuentes, pero marcan sólo el costado cuantitativo del fenómeno.

La India se ha convertido en la meca de las inversiones metalmecánicas, no sólo por su capacidad operativa (en 2018 llegará al récord de producción de 795.000 tractores), sino por su potencial de competitividad, basado en costos de producción muy bajos y, claro está, una escala de negocios difícil de emular.

A eso le suma un tercer factor que, paradójicamente, surge de una debilidad: La India tiene aún mucho para mejorar en desarrollo de productos y gestión de procesos. Pero el detalle no menor es que sus industriales han demostrado que aprenden rápido.

Sociedades beneficiosas

La semana pasada publiqué un artículo titulado «India-Japón, un matrimonio por conveniencia«.

La nota venía a cuento de la alianza suscrita por la japonesa Kubota con el holding indio Escorts Group para fabricar en la India 50.000 tractores por año.

Allí repasaba que este nuevo entendimiento se suma a otros acuerdos alcanzados recientemente por empresas de ambos países, como MahindraMitsubishi, Yanmar – Sonalika y TAFE Iseki.

Para no redundar sobre el tema, el punto abordado en esa columna aludía a la conveniencia recíproca que supone combinar las ventajas de la producción a gran escala y los costos imbatibles de la India, con la tecnología de última generación, los elevados estándares de calidad y, sobre todo, la eficiencia en la gestión de los japoneses.

O sea, si los indios tienen todavía algunas debilidades, rápidamente buscan los socios adecuados para subsanarlas.

Teléfono para China y Occidente

Argo se asoció con el fabricante indio de tractores Sonalika

La compañía italiana sumará tractores de Baja Potencia provistos por la empresa con sede en India. Se venderán bajo las marcas Landini y McCormick.

En este escenario, las cartas están jugadas para que la India siga ganando posiciones a escala global, tanto con la colocación directa de sus productos como con la adquisición de empresas y la conformación de sociedades con marcas de referencia en diferentes mercados.

En Argentina, los tractores indios llegan a través de múltiples vías.

Sonalika provee desde hace varios años los equipos de la línea Solís que comercializa Apache.

En 2017, Farmtrac, del Escorts Group, desembarcó en el país en alianza con la empresa local Econovo.

Más solapadamente, Mahindra explora las posibilidades del mercado local, aunque por ahora sus jugadas en la región se concentran en Brasil.

Otros tractores indios llegan con la chapa de marcas globales, como las unidades de Baja Potencia de Massey Ferguson, fabricadas por TAFE.

O el nuevo tractor compacto 3036E de John Deere, también ensamblado en el país asiático.

En definitiva, a la maquinaria «se le despertó la India» y ya es hora que los distintos actores del negocio tomen nota de ello.

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