En las últimas dos temporadas, el mercado argentino de pulverizadoras autopropulsadas se sacudió con la llegada de nuevos jugadores.

Las marcas internacionales lanzaron familias de máquinas con paquetes tecnológicos de avanzada.

En ese contexto de competencia caliente, Jacto tiene sus cartas fuertes para jugar en búsqueda de retener porciones del negocio y ganar nuevas posiciones.

Carlos Palmieri, Gerente General de la empresa en Argentina, evalúa en diálogo con MaquiNAC las claves del nuevo escenario en pulverización y también en fertilización.

Disputa

¿Cómo afronta Jacto la competencia en pulverizadoras que se está dando en el mercado argentino con la llegada de nuevas marcas?

Jacto viene trabajando hace ya un largo período. Seguimos muy firmes en el mercado argentino de la misma forma que la compañía sigue presente en más de 110 países.

«El mercado de pulverizadoras es atractivo y por eso han desembarcado las multinacionales en Argentina».

El mercado de pulverizadoras es atractivo y por eso han desembarcado las multinacionales en Argentina.

¿También en fertilización?

Lo mismo ocurre en fertilización, donde también nosotros hemos desembarcado. Es un segmento que va a crecer mucho y particularmente en Argentina.

Está demostrado que la aplicación de fertilizantes en los cultivos es lo que generará el crecimiento productivo.

Metas

En ese marco ¿qué se propone hacer Jacto?

El objetivo es seguir con desarrollos tecnológicos y máquinas nuevas.

«Jacto permanentemente trabaja en nuevos desarrollos».

Los desarrollos tecnológicos son algo continuo.

Jacto, siendo un líder en pulverización y actuando a nivel mundial, nos tiene permanentemente activos en tal sentido.

¿Se replica en Argentina esa dinámica?

Estamos muy firmes después de haber hecho la apertura de la fábrica el año pasado.

Seguimos enfocados en presentar nuevos productos, en fortalecer la red de concesionarios y en ampliar las posibilidades financieras.

¿Está pensado renovar las líneas?

Jacto permanentemente trabaja en nuevos desarrollos. Hay un equipo muy importante en Ingeniería con más de 350 personas.

Eso es lo que nos lleva al frente en cualquier segmento de pulverización.

Tecnología

¿Qué diferencial tecnológico destaca a Jacto del resto?

No hay un diferencial en particular. Siempre sostengo que, en el modelo de negocios de este estilo, no hay un factor que te lleve a fondo para arriba o para abajo.

«Hay tecnología aplicada en materiales que estamos usando, que son de última generación».

Es un paquete de tecnología industrial al servicio de la creación y de la fabricación de los equipos.

Hay tecnología aplicada en materiales que estamos usando, que son de última generación.

Por ejemplo, aceros livianos para generar máquinas más livianas.

¿Y en tecnología de pulverización?

Si hablamos de tecnología de aplicación, tenemos sensores de lectura de masa verde para hacer aplicaciones online.

Está toda la parte de telemetría para transporte de imágenes y de datos online.

Se puede tener el trabajo de las máquinas en tiempo real en el celular.

¿El desarrollo tecnológico también llegó a las mochilas?

Hay infinidad de cosas en las que se trabaja permanentemente. Hay muchísima electrónica de por medio.

Hay muchas baterías aplicadas a las mochilas para hacer trabajos intensivos.

Disponemos de mochilas de pocos dólares que ya están con un seguimiento satelital.

Todas estas tecnologías hacen el trabajo más seguro y rentable.

Fertilización

¿Qué perspectivas se presentan para el negocio de fertilizadoras en el mercado argentino?

Recién hemos salido al mercado en Argentina. Estamos en los primeros pasos.

«Una de las principales virtudes de la fertilizadora de Jacto es la calibración, que se hace en forma automática».

En tecnología, el destaque principal está en la autocalibración.

La mayoría de los equipos, hablando de la competencia, tiene un sistema de calibración que demanda tiempo y demanda producto en forma importante.

¿Cuál es la ventaja de Jacto en ese aspecto?

Una de las principales virtudes de la máquina de Jacto es la calibración, que se hace en forma automática.

Hay una cantidad de 1.000 prescripciones distintas cargadas en la computadora de la máquina en función del fertilizante que se esté utilizando.

Y es inmediato. En uno o dos minutos se carga una regulación y se sale a trabajar con precisión.

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