11/10/2019 | | Enfoque

El dólar: Un arma de doble filo para la exportación de máquinas

Si bien la devaluación contribuye a un tipo de cambio más competitivo, su impacto sobre los insumos dolarizados del sector achica rápidamente los márgenes.

Por Jorge Freites
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Los desequilibrios económicos ocurridos en la Argentina entre 2018 y 2019 demuestran que para exportar maquinaria agrícola no es suficiente un dólar alto.

Es necesaria una armónica combinación de variables, que incluya un tipo de cambio favorable junto a índices que no representen un contrapeso.

Es que mientras la devaluación abre un hipotético espacio de competitividad para las máquinas, el costo de los insumos lo va cerrando.

“Nuestro insumo es el dólar; el acero es dólar, los combustibles están en dólares, la energía eléctrica también. Todo es dólar”, sentencia el titular de una de las empresas agropartistas más antiguas de Argentina.

De manera que la mayor cantidad de pesos que las empresas reciben por cada dólar exportado muchas veces queda neutralizada por el incremento de los costos internos de producción.

Variables

A la hora de exportar, una empresa debe tener en cuenta los costos de las materias primas, los costos de producción, los fletes internos y otros gastos, como comisiones y certificados.

En esa estructura de costos, el empresario argentino tiene que agregar los derechos de exportación.

“En ninguna parte del mundo cobran un impuesto por exportar”, se queja el directivo agropartista.

Este tributo, reimplantado tras la crisis económica, le está restando competitividad a los equipos nacionales y obliga a afinar los números al extremo.

También entra a jugar en el negocio exportador el tema inflacionario. “Tenemos una inflación que transforma en ganancias cosas que no lo son”, grafica el mismo empresario.

De esa manera, se distorsionan los números de las operaciones, tanto internas como externas, y los resultados concretos están lejos de la solidez necesaria para proyectar certidumbre en la continuidad de los negocios.