01/01/2020 | | Actualidad

Las sembradoras apuntan a los complementos de la directa

El sistema debe integrar también la implantación de gramíneas y de los cultivos de cobertura. Así se logra un conjunto de beneficios agronómicos.

Las sembradoras siguen consolidando en el mercado argentino el sistema de siembra directa que cubrió 32,5 millones de hectáreas en la campaña 2018/19.

Ese dato corresponde a un informe de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires y fue incluido en el último trabajo sobre el tema de la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (AAPRESID).

Argentina continúa a la vanguardia de tecnología de la tecnología de siembra directa, con valores de adopción que se mantienen desde hace 10 años por encima del 90%.

Más allá de los datos positivos, AAPRESID plantea que si bien la tecnología es una aliada clave para una producción sustentable, faltan complementos para implementarla correctamente.

Y esos complementos requieren también de la participación de sembradoras.

Prácticas

La adopción masiva de la siembra directa no se traduce necesariamente en mejoras en el balance de carbono, fertilidad y otros indicadores de salud del suelo.

Incluso, en ciertas regiones, se observa el avance de procesos de degradación del suelo.

En este sentido, las rotaciones, la siembra de gramíneas y de cultivos de cobertura o de servicios (CS) son prácticas clave dentro de un verdadero sistema de siembra directa.

En el caso de los CS, además de “cubrir el suelo”, permiten la mejora en el manejo del agua, el control de la erosión y de la densidad de malezas, favorecen la biodiversidad y la disminución de la carga de insumos sintéticos, entre otros.

Carencias

Los resultados del informe revelan que en algunas regiones de Argentina, la siembra directa se implementa de forma aislada, basándose en la simple “ausencia de labranza”.

Por ejemplo, en el norte de Buenos Aires, mientras el porcentaje bajo siembra directa supera el 90%, la presencia de gramíneas en la rotación es de tan sólo del 35% y el porcentaje de productores que siembran CS sólo llega al 8%.