La compañía alemana ROPA se posiciona como una excepción en el mundo de las fábricas de maquinaria agrícola que han debido suspender la producción debido a la emergencia sanitaria mundial.

Ubicada fuera del segmento de los equipos más tradicionales, la empresa continúa produciendo cosechadoras de remolachas y papas en plena crisis del COVID-19.

¿Cómo lo logró? Por un lado, ROPA saca provecho de su política habitual de acumular stocks de agropartes.

En lugar de incorporar piezas a medida que lo requieren las líneas de ensamblaje, trabaja con reservas.

De esta manera, tiene garantizados los insumos para mantener la producción de cosechadoras hasta fines de abril, cuando debería normalizarse el abastecimiento.

Seguridad

Paralelamente, instrumentó medidas internas para evitar las situaciones de contagio entre sus 380 operarios, que se dividen el trabajo en turnos ante la emergencia sanitaria.

Por caso, se han fijado lugares de transferencia de agropartes entre las diferentes secciones, a fin de minimizar el acercamiento entre los trabajadores.

El objetivo es llegar con las máquinas listas para el momento en que los productores inicien la recolección de papas y remolachas.

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ETIQUETAS: Coronavirus, Cosechadoras especiales, ROPA

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