En Países Bajos, es frecuente que los productores hortícolas utilicen tractores con chasis reconfigurados a un formato tipo triciclo para evitar la sobrecompactación del suelo en una misma huella.

La innovación apunta a distribuir la superficie de pisada en todo el ancho del tractor, colocando los rodados delanteros dentro de la trocha del eje trasero.

Una empresa de ingeniería holandesa presentó una interesante adaptación de tractores convencionales, con un eje delantero direccional estrecho y un chasis alargando en la parte delantera.

De esa manera, se logra una excelente maniobrabilidad y una adecuada distribución del peso.

En el caso de la horticultura, la reconfiguración favorece la germinación de las semillas y la cosecha de los cultivos, especialmente cuando se trabaja en suelos muy livianos.

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¿Tendría sentido un planteo similar en tractores de uso agrícola a gran escala?

Técnicamente, la innovación es factible, ya que se adapta perfectamente a tractores de cualquier rango de potencia.

De hecho, en horticultura se utiliza generalmente en tractores de más de 200 CV, empleados en tareas de laboreo profundo.

Claro que en ese caso, la distribución del huellado tiene más sentido, ya que el implemento presenta a un ancho similar al del tractor.

En agricultura a gran escala, en cambio, por lo general se trabaja con implementos de ancho mucho mayor.

Si bien el tema de la compactación del suelo también es crítico, se avanza más por el lado de la ampliación de la superficie de pisada, con orugas o rodados de alta flotación.

O bien con prácticas de tránsito ordenado, donde todas las pisadas se concentran en huellas fijas, algo que no se podría hacer con tractores de formato tipo triciclo.