La columna de Alejandro

Por Alejandro Rollán

29/07/2021 |

Exportaciones, en el mismo lugar que hace 20 años

En 1998, la maquinaria agrícola exportaba U$S 54 millones y llegó a casi U$S 370 millones en 2012. En la actualidad, la cifra es similar a la de finales del siglo pasado.

Más allá del esfuerzo que vienen realizando desde hace varios años las empresas de maquinaria agrícola para desarrollar su comercio exterior, el perfil exportador del sector en el país no termina de consolidarse. Inclusive, ha retrocedido.

El terreno ganado en la primera década del siglo no ha encontrado plafón en los últimos 10 años para consolidar una tendencia creciente.

Estancamiento

Entre 1998 y 2012 las colocaciones externas de maquinaria agrícola habían crecido 583% en dólares, según datos de aquel momento del IERAL de la Fundación Mediterránea. Las ventas crecieron de U$S 54 millones a U$S 368 millones.

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Sin embargo, esa inercia ha caído en los últimos años a valores similares a los registrados en 1998. El dato más representativo de este desempeño es que en los primeros cuatro meses del año, las exportaciones de las fábricas cordobesas alcanzaron a  U$S 7,56 millones, 66% por encima de los 4,54 millones de dólares del período entre enero y abril de 2020.

Proyectado un anualizado y sumado el aporte de Santa Fe y del resto de las empresas ubicadas en el resto del país, las operaciones de comercio exterior no superarían este año los U$S 50 millones.

Qué paso

El arranque del cepo cambiario en octubre de 2011, que aún persiste en la actualidad, y el desdoblamiento del tipo de cambio fueron una de las principales razones de la menor performance del comercio exterior en los últimos 10 años.

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La suba de los costos internos en dólares genera dificultades entre las empresas a la hora de ser competitivas con el resto de los oferentes del mercado mundial. Además, la ausencia de herramientas  para prefinanciar exportaciones hace que en la mayoría de las fábricas deban diseñar sus propias estrategias comerciales: un anticipo de la venta al cierre de las operaciones, para comenzar con la producción, y el resto antes del embarque, en el mejor de los casos.

El requisito de que la liquidación de las exportaciones se deba hacer a los 180 días también complica el crecimiento de las exportaciones, ya que por tratarse de un bien de capital el comprador suele buscar que los pagos sean a mayor plazo.

Las empresas que han logrado en los últimos años sentar las bases de la exportación dentro de su facturación –algunas con una participación de hasta el 40% del total– tratan de mantener ese protagonismo, más allá de la coyuntura que las tiene por estos meses trabajando a full para abastecer el mercado doméstico.

La profesionalización de las áreas de Comercio Exterior y la aplicación de estrategias de inteligencia comercial para identificar clientes y mercados han permitido que muchas fábricas consoliden su canal exportador y otras comiencen a dar los primeros pasos. Sin embargo, la falta de una política integral de promoción hace que el negocio haya retrocedido 20 años.

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