Bernardín desarrolló su primer carro balancín direccional arrocero, un accesorio pensado para aportar estabilidad a las fertilizadoras utilizadas en campos de arroz.

La innovación permite una aplicación más uniforme de los insumos cuando se trabaja en terrenos con taipas.

Direccional

El sistema direccional de las ruedas traseras optimiza el tránsito en cabeceras y zonas de curvas, evitando el efecto «arrastre» de los balancines convencionales.

“El carro fue diseñado pensando en la fertilización de campos arroceros. Por eso, con ayuda de la tecnología que poseemos, logramos que sea perfecto para transitar sobre las taipas”, indican desde Bernardín.

El primer equipo fue montado con una fertilizadora Magnum XS 3000, de 3.000 litros de capacidad, pero puede ser adaptado a los distintos modelos de la marca.

“Este equipo fue enviado a Entre Ríos. Y ya estamos trabajando en el modelo adaptable a nuestra fertilizadora de 5.000 litros”, concluyen desde la compañía.