27/12/2021 | | Actualidad

Ley de Maquinaria Agrícola: ¿Quién tiene el poder?

El 70% de la facturación anual en Argentina se concentra en máquinas mayoritariamente de importación. Y quedaría afuera de la financiación priorizada para equipos locales.

Por Jorge Freites
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Una de las metas de la industria nacional de la máquinaria agrícola para 2022 es la aprobación de la Ley que permita diferenciar lo nacional de lo importado para otorgar financiación.

La propuesta de la Cámara Argentina Fabricantes de Maquinaria Agrícola (CAFMA), apunta a replicar un esquema utilizado en otros países, como por ejemplo, Brasil.

En la práctica, implica que un producto puede calificar para el financiamiento si cuenta con un determinado porcentaje de componentes fabricados en el país.

El objetivo escrito en los papeles puede tropezar con la realidad. Y así lo dejó entrever la Asociación de Fábricas y Distribuidores Argentinos de Tractores (AFAT).

Gravitación

En la conferencia de prensa brindada por AFAT para despedir el año y plantear sus inquietudes, sobrevoló el proyecto de priorizar lo nacional ante lo importado.

Las definiciones fueron diplomáticas y evitaron toda colisión frontal con la posición de los fabricantes argentinos.

“No existe una grieta entre la maquinaria agrícola nacional y la de las multinacionales, como se pretende instalar en la opinión pública”, fue una de las frases utilizadas.

Pero también se planteó que las empresas nucleadas en AFAT representan el 70% de la facturación anual del negocio de agromáquinas en Argentina.

Ese poder incluye 100% de los equipos forrajeros autopropulsados, 94% de las cosechadoras, 77% de los tractores y casi 43% de las pulverizadoras.

Trabas

El interrogante que se dejaba traslucir podía leerse de esta manera: “¿Qué ley se puede sacar si el 70% de lo que se vende en el país actualmente es importado?”.

En otras palabras, 7 de cada 10 máquinas quedarían afuera de un eventual financiamiento reservado para productos nacionales.

La réplica podría ser: “Si se fabrica en Argentina, no habría trabas para otorgar los créditos”.

En ese punto, las compañías de AFAT aducen que el volumen que se comercializa en Argentina, en algunos rubros, no justifica la producción local.

También hablan de agropartistas nacionales que “no evolucionaron” hacia la calidad requerida por empresas de alcance global.

Además, AFAT insiste en la impreriosa necesidad de modernizar el parque de máquinas en el país, tomando como referencia que el 73% de los tractores y el 46% de las cosechadoras tienen una antigüedad superior a los 15 años, según los datos del Censo Nacional Agropecuartio 2018.

El problema es que son productos de alto valor y requieren de financiación larga para ser adquiridos. Y si no son nacionales y se aprueba la Ley de Maquinaria Agrícola, ¿cómo harían productores y contratistas para comprarlos?