24/03/2022 | | Tecnología

¿Las sembradoras dejarán de fertilizar?

Se visualiza como una tendencia a mediano plazo, considerando las mayores necesidades de fertilización y la aplicación de grandes cantidades de nutrientes.

Por Jorge Freites
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La posibilidad de separar la fertilización del trabajo que hacen las sembradoras está latente en el mercado argentino.

En rigor, es una perspectiva que hoy tiene proyecciones de concreción a mediano plazo, pero que ya se ha instalado en el sector.

Si bien se siguen demandando máquinas con fertilización simple y doble, se abre paso la tendencia de fertilizar por fuera de las instancias de la siembra.

Arrancador

Se va entendiendo que el fertilizante aplicado con la sembradora tiene una dosis baja y que su efecto es arrancador.

Por ese motivo, los especialistas advierten que la aplicación del nitrógeno buscará nuevas variantes, al tiempo que se desarrollarán otras posibilidades para los fertilizantes arrancadores.

Por caso, se prevé que estarán basados en fósforo y una parte de azufre y se aplicarán en soluciones líquidas.

Además, los contenidos críticos de fósforo que se necesitan en un lote para producir, ya no podrán ser suministrados por una sembradora y la manera lógica será distribuirlo al voleo.

También irán ganando terreno, como ya lo hacen, los fertilizantes microgranulados, que se aplican con otros tipos de máquinas.

Causas

Uno de los principales motivos que da fuerza a esta corriente de separar las sembradoras de la fertilización, consiste en que cada vez se aplican mayores cantidades de fertilizantes en el agro nacional.

Frente a esos volúmenes crecientes, las dosis que se pueden aplicar con las sembradoras resultan bajas y no representan los efectos buscados para los cultivos.

Autonomía

Al mismo tiempo, ocupar las tolvas con fertilizantes resta autonomía a las sembradoras para aprovechar al máximo las ventanas de trabajo.

Por ejemplo, en una sembradora de granos finos, con una capacidad de tolva de 9.500 litros, habitualmente el
60% (5.700 litros) es dedicado a las semillas y el 40% restante (3.800 litros) lo ocupan los fertilizantes.

No obstante, las sembradoras de última generación incorporan la posibilidad de liberar todo el espacio para las semillas, apuntando a brindar la máxima autonomía al proceso de siembra y, de esa manera, «sacarle el jugo» al tiempo disponible para sembrar.

En el norte del país, por ejemplo, con ventanas de siembra acotadas, se prefiere llenar las tolvas totalmente con semillas y cumplir rápidamente con la implantación.