El mundo de la maquinaria agrícola y de las empresas automotrices está en un dilema: cómo proveerse de componentes y materia prima en medio de un escenario en el cual dos regiones claves –como China y el mar Negro– atraviesan por crisis que limitan su producción.

Es que la decisión del gobierno chino de extremar la cuarentena, ante una nueva ola de COVID-19 y el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania han restringido el abastecimiento de componentes y materias primas esenciales para la fabricación de vehículos, en general, y de maquinaria agrícola.

Es por ello que industriales del rubro han comenzado a analizar cómo reducir la dependencia en materias primas de esas regiones.

En Berlín, por ejemplo, durante la Cumbre de Materias Primas, organizada por EIT RawMaterials, un organismo financiado por el Instituto de Innovación y Tecnología de la Unión Europea (UE) expertos evaluaron posibles caminos.

Es que la situación se ha vuelto extremadamente sombría en poco tiempo para el sector de la maquinaria agrícola, según declaró Karl Haeusgen, presidente de la asociación industrial VDMA de Alemania.

El dirigente empresario señaló que la previsión de crecimiento, que ya había sido rebajada del 7% al 4% en marzo, no podía mantenerse. Citó como causas una serie de riesgos, empezando por la guerra en Ucrania y el confinamiento en China hasta la inflación y la interrupción de las cadenas de suministro.

«Las empresas tienen escasez de semiconductores y de otros componentes electrónicos, pero la situación también está llegando a un punto crítico para los metales y los plásticos. Y en este sentido, el cierre de la producción en China nos afecta mucho más que la guerra de agresión rusa», admitió.

Agregó, además, que un embargo de gas ruso agravaría aún más la situación desde el punto de vista de las empresas. para esa transición hace falta tiempo.

No tan sencillo

En este escenario, el comisario Europeo del Mercado Interior, Thierry Breton, advirtió que el objetivo es reducir la dependencia de las materias primas, ya que de lo contrario, las transiciones verde y digital que tiene como objetivo el bloque europeo no serán posibles.

Una de las salidas sería producir más energía renovable, pero la transición demoraría tiempo y además requeriría de materias primas para fabricar turbinas eólicas, paneles fotovoltaicos, paneles solares y baterías.

Los objetivos del pacto verde de la UE obligan a apostar por las energías renovables y por la electromovilidad, pero la producción de las baterías y los motores que hacen posible el funcionamiento de estos dispositivos requiere de minerales como litio, níquel, cobre o hierro, que en su mayoría deben ser importados de otras regiones para suplir las carencias europeas.

“Las fábricas están analizando cambios en las estrategias de provisión de insumos de China, pero la tarea no es fácil ni de un día para el otro”, observó Reynaldo Postacchini, vicepresidente de Relaciones Institucionales y de Gobierno, Comercio Exterior, y Desarrollo y Marketing de la filial argentina de Claas.

Apurar los procesos de innovación y desarrollo también es una de las salidas en las que trabajan empresas y países europeos. Sin embargo, los resultados se demorarán en el tiempo.

Por lo pronto, buena parte de las fábricas de maquinaria agrícola que producen en Europa han tenido que rever sus procesos en los últimos meses y se han visto obligadas a proyectar paradas en la producción, debido a la falta de componentes y de materiales críticos.

A partir de las nuevas restricciones sanitarias en ese país, empresas globales comienzan a analizar cómo reemplazar al gigante asiático como abastecedor de componentes críticos.

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