La columna de Alejandro

Por Alejandro Rollán

26/05/2022 | Opinión

Inversión y empleo, dos motores de la maquinaria agrícola

El sector muestra seis trimestres consecutivos de crecimiento en la incorporación de activos fijos. En el mismo período, la mano de obra creció 10,8%.

La mayor demanda que ha mostrado en los últimos dos años el sector de la maquinaria agrícola derramó sobre las fábricas que lo integran indicadores de crecimiento. Dos de esas referencias son la inversión bruta fija (IBF) y el empleo.

Los manuales de economía definen a la IBF como las compras que realizan las empresas de activos fijos, como pueden ser equipamiento en tecnología, durante un período, considerando tanto la inversión en nuevos equipos como la reposición de ellos.

Este indicador, según el economista Orlando Ferreres, lleva seis trimestres consecutivos (18 meses) de crecimiento interanual impulsada por los sectores de la construcción y de la maquinaria agrícola.

Para el economista, lo prolongado del período de expansión hace que la tendencia sea parte de un crecimiento genuino y no un rebote en relación con la caída de los inicios de la pandemia.

En el arranque de esa línea de tiempo, las empresas de maquinaria agrícola se encontraron con una demanda que sobrepasó en muchos casos la capacidad instalada de ese momento. No obstante, con el correr de los meses, la relación se ha revertido, en un escenario donde las ventas siguen traccionando y sumando pedidos.

Desde el Ministerio de Desarrollo Productivo se informó que marzo había sido un mes récord en el uso de capacidad instalada por parte de la industria (incluida la de maquinaria agrícola), lo que permitió configurar el mejor marzo en los últimos seis años.

La mayor inversión para mejorar la capacidad instalada también ha impactado en el nivel de empleo, un indicador que a nivel general refleja la reactivación productiva de 2021 y los primeros meses de 2022.

En el semestre comprendido entre agosto de 2021 y febrero de 2022, 119.000 personas pasaron a ser asalariadas registradas en el sector privado, lo que equivale a una variación del 2%, y a un promedio de casi 20.000 nuevos empleos privados registrados mensuales.

Según el último Informe de Panorama Productivo del Centro de Estudios para la Producción (CEP-XXI), desde 2011 el empleo formal no se recuperaba a esta velocidad, que cobró esa magnitud a partir de los repuntes en actividades como la industria, la construcción, el petróleo, la minería, el software, el comercio y, más recientemente, el turismo y la gastronomía, entre otras ramas.

Dentro de esa generalidad, la industria ha sido uno de los grandes impulsores del empleo: en febrero de 2022 Argentina tuvo casi 67.000 puestos de trabajo industriales formales más que en febrero de 2020, justo antes de la pandemia. 

Además, ha sido muy federal: 21 de 24 provincias tienen hoy más empleo manufacturero formal que antes de la cuarentena. La recuperación del empleo industrial formal fue generalizada en la mayoría de las ramas manufactureras: en febrero de 2022, 20 de 24 ramas industriales tuvieron más empleo formal que dos años atrás.

En la rama de la maquinaria, del cual la fabricación de equipos agrícolas representa más de la mitad, no es la excepción. 

Según el informe, en febrero de 2020 el sector tenía 50.385 empleos registrados, cifra que trepó a 51.462 en febrero de 2021 y llegó a 55.850 en el segundo mes del presente año. Significa un crecimiento de 10,8% en los últimos dos años. Lo mismo que lleva creciendo la inversión en el sector.

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