11/07/2022 | | Actualidad

Las fertilizadoras, entre buenas y malas

Mientras hay una tendencia a la baja en los precios internacionales, el cierre de importaciones genera riesgos para la próxima siembra.

Las fertilizadoras en el mercado argentino vienen alternando entre buenas y malas noticias para su desenvolvimiento.

Por el lado de las novedades positivas, se viene confirmando la tendencia a la baja de los precios internacionales.

La urea está acomodando sus valores en el mercado interno, al tiempo que la oferta internacional está creciendo.

Lo mismo ocurre con los fertilizantes fosfatados, que tienen una gravitación considerable en la agricultura argentina.

Dificultades

En cuanto a los contratiempos, Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), advirtió sobre las consecuencias del cierre de importaciones.

La Comunicación A 7532 del Banco Central modificó el sistema de financiación de importaciones, y hasta el 30 de septiembre las empresas importadoras deberán buscar financiamiento para poder importar bienes cuando superen hasta un 105% del total importado durante el año anterior, medido en dólares.

Según el gobierno, se restringe temporalmente el acceso a divisas del BCRA para «cuidar las reservas».

Derivaciones

Según Ernesto O’Connor, Responsable del Departamento Económico de CRA, entre los 15 primeros productos de importación en 2021 (INDEC), se destacan la urea con contenido de nitrógeno por U$S 726 millones y el fosfato monoamónico por U$S 590 millones.

Es decir, un total de U$S 1.316 millones de importaciones.

Este valor se aproxima bastante al total de importaciones del sector agropecuario y agroindustrial, al que se debe sumar alguna maquinaria agrícola, piezas y accesorios, y otras importaciones menores.

“El evidente menor acceso a fertilizantes frente a las próximas decisiones de siembra para la campaña gruesa 2022/23, y el encarecimiento del precio interno, a partir de cierto desabastecimiento, no augura buenas noticias”, alerta CRA.

“La siembra de maíz podría ser menor, redundando nuevamente en un esquema de rotación ineficiente, derivado de los efectos de las decisiones de política económica, que no permiten la mejor asignación de la producción agropecuaria, y afectarán el transporte, el empleo y la generación de divisas negativamente”, añade.