13/07/2022 | | Tecnología

Sigue creciendo la ola de los equipos de labranza

La oferta se agranda con nuevas versiones que combinan el desmalezado mecánico con la descompactación y el laboreo.

Por Jorge Freites
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Las megamuestras Expoagro y AgroActiva de 2022 ratificaron el regreso y la consolidación de la nueva generación de equipos de labranza.

Ya conforman todo un segmento dentro de las máquinas agrícolas y tienen una gravitación apreciable en la facturación de varias empresas.

Los equipos de laboreo prácticamente habían sido “borrados” del catálogo de las agromáquinas argentinas con el imperio de la siembra directa.

Se convirtieron en la antítesis de un sistema que postula la preservación de la estructura del suelo, protegiéndola de la erosión y favoreciendo la acumulación de materia orgánica.

Sin embargo, están surgiendo voces de alerta sobre los efectos que la acumulación de años de siembra directa tiene sobre los lotes.

Uno de esos efectos es la compactación que va generando el paso de las sembradoras y que se verifica a una profundidad de, aproximadamente, 15 a 20 centímetros.

Así como antes se hablaba del piso de arado, ahora hay quienes hacen referencia al piso de siembra.

Por otra parte, el constante avance de las malezas resistentes también alienta la aparición de sistemas de control mecánico, combinados con otras tareas de laboreo.

Diversificación

El rubro de los equipos de labranza recuperó a las rastras como las abanderadas y hoy retornan con estructuras rápidas y ligeras, aunque también hay variantes pesadas.

Lo que se busca es una solución económica y que remueva apenas la superficie de los lotes, preservando la cobertura vegetal que brindan los rastrojos.

Ese es uno de los objetivos perseguidos, por ejemplo, en los suelos sobre los que se cosechó maíz y que experimentan luego la aparición progresiva de malezas.

En el elenco de la labranza, las rastras ya cuentan con acompañantes de primer orden, como los cultivadores que integran púas, discos y rolos para hacer trabajos integrales.

También proliferan los desmalezadores mecánicos, combinándos con elementos que posibilitan descompactar las capas superficiales.

Además, se han sumado los culminadores de labranza, diseñados con el objetivo de completar la preparación del suelo para la próxima siembra.

Una innovación que le agrega más fuerza a la ola de los equipos de labranza es la expansión de los sistemas de siembra y fertilización que se pueden montar en diferentes tipos de máquinas.