16/08/2022 | | Actualidad

La paradoja de las megaenfardadoras

Es un rubro que se alimenta de las importaciones pero que, al mismo tiempo, depende de las exportaciones para crecer.

Las megaenfardadoras están encerradas en Argentina dentro de una paradoja que, por ahora, traba sus perspectivas de expansión.

Están destinadas casi en un 98% para producir heno con destino al consumo interno o para exportar.

Las ventas de este tipo de máquinas forrajeras cayeron un 23% en 2021 respecto al 2020, según datos recopilados por Espacio Forrajero que conducen Pablo Cattani y Federico Sánchez.

Particularidades

El mercado de las megaenfardadoras está afectado, en gran medida, por la oferta de productos que se encuentra restringida por las trabas a las importaciones.

Además, tiene un parque activo de 230 equipos encargados de generar más de un millón de toneladas de heno en formato de megafardos, de acuerdo con el enfoque de Espacio Forrajero.

En ese contexto, “sólo se visualizan compras para renovación de equipos” por parte de empresas “que ya están instaladas en el negocio”, de los megafardos, remarcan Cattani y Sánchez.

De esta manera, y en un mercado de heno que sólo logra exportar entre 30.000 y 60.000 toneladas anuales, el de las megaenfardadoras es un segmento saturado.

En ese mercado, “surgen pocos clientes nuevos, y las ventas se limitan a usuarios que necesitan renovar un equipo”, indican desde Espacio Forrajero.

“El futuro, será bueno si se logra incrementar paulatinamente los volúmenes de exportación, seguramente asociado a la producción de megafardos en zonas climáticamente más favorables para lograr en forma estable grandes volúmenes de alfalfa de calidad”, consideran Sánchez y Cattani.

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