Amazone va a fondo en la superficie de los suelos con la rastra Catros, que se convirtió en una máquina insignia para la compañía en el mercado argentino.

La rastra compacta y de arrastre, resulta apropiada para una labranza del suelo poco profunda y con una mezcla intensiva de residuos vegetales.

El tren de rodaje central proporciona a la máquina una elevada maniobrabilidad y posibilita un transporte seguro por ruta.

Atributos

La estructura se compone de discos individuales con rolo incorporado, que abarca un ancho de labor desde los 2,5 hasta los 12 metros.

Puede trabajar a profundidades de 5 hasta 14 centímetros, por lo que se convierte en una herramienta apropiada para descompactar la capa superficial del suelo, controlar las malezas, emparejar lotes y preparar la superficie de siembra en una sola pasada.

Puede trabajar a altas velocidades, de hasta 18 Km/hora y opera con un sistema hidráulico precargado mediante un acumulador de gas comprimido de nitrógeno.

Este dispositivo permite que cada cuerpo trabaje de forma independiente, teniendo la capacidad de copiar el terreno y de otorgar estabilidad a altas velocidades de trabajos.

Configuraciones

Por otra parte, la rastra Catros se distingue por la amplia cantidad de configuraciones posibles.

Incluye 12 tipos de rolos diferentes, sistema de placas rompe cascotes y niveladoras, sistema de peines, knife roller (rolo con cuchillas), kit de sistema de siembra y/o fertilización GreenDrill y la tolva XTENDER.

Una de las claves en el avance de la rastra de Amazone dentro del mercado argentino radica en la necesidad de tratar lotes que vienen de años de siembra directa con problemas de compactación.

Esa cuestión se combina con la tendencia hacia el control mecánico de malezas ante el costo de los agroquímicos y el cuidado del medio ambiente.