14/11/2022 | Actualidad | Actualidad

¿Qué hacemos con los mapas de rendimiento?

La información que acumulan las cosechadoras es la base para mejorar la producción en las siguientes campañas. ¿Se la aprovecha a fondo?

Por Jorge Freites
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Cuando una cosechadora termina su trabajo (y también mientras lo está haciendo) proporciona valiosos datos de cada lote a través del mapa de rendimiento.

Según cálculos del INTA, aproximadamente el 95% de las cosechadoras que están disponibles en Argentina se encuentran equipadas para efectuar el mapeo de rendimiento.

Uno de los aportes más valiosos del mapeo de rindes consiste en determinar la productividad que arrojó cada parte del suelo.

Con esa información es posible identificar los ambientes que existen en el lote, su heterogeneidad y también evaluar qué resultados están dando los planteos agrícolas.

Mediante ese análisis se pueden proyectar mejoras en las campañas siguientes y tomar decisiones en cuanto al uso de insumos.

Todas estas posibilidades ¿se están aprovechando a fondo en el agro argentino?

Hay una tendencia a una creciente valoración de los mapas de rendimientos, y una prueba es que cada vez más contratistas se encuentran con clientes que exigen contar con toda la información.

Radiografía

La acumulación de mapas de rinde también conduce a la formación de un historial de cada lote que refleja la estabilidad productiva en el tiempo.

También hace posible examinar los resultados que se están obteniendo con la aplicación de herramientas digitales.

Otro aspecto que dejan al descubierto los datos recogidos por el monitor de rinde es la performance de la máquina.

Se puede saber la velocidad de cosecha y evaluar el desempeño del operario para establecer con qué parámetros de calidad se está haciendo el trabajo.

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