Existe un combo aconsejable para que las fertilizadoras entren a un lote y lo hagan producir más.

Lo demuestra un trabajo realizado por la Red de Estudios de Estrategias coordinada por la entidad Fertilizar AC.

Se desarrollaron 66 ensayos durante 6 años en 10 localidades y con 7 cultivos.

En esas experiencias se midió que, frente a los controles sin fertilización, “con los manejos frecuentes” (con la aplicación actual de nutrientes) se logra un 22% más rendimientos.

En cambio, si se recurre a una estrategia de fertilización balanceada basada en el análisis de suelo y apuntando a un rendimiento superador al medio local, se puede alcanzar otro 14% más.

“Quiere decir que entre un lote testigo sin fertilizar y uno de alto rendimiento, con planteos de fertilización balanceada, se puede alcanzar hasta 36% más de producción”, remarcan desde Fertilizar AC.

Diferencias

En cuanto a la situación por regiones y por cultivos, la entidad apunta que el trigo ha ganado mucho en producción por cuestiones tecnológicas y de manejo, incluyendo la fertilización con nitrógeno.

Estas prácticas permitieron aumentos en los rindes pero que “no fueron acompañados por un aumento en la calidad”, por el contrario “con el aumento de los rindes, el porcentaje de proteínas tiende a disminuir”.

Esta situación conlleva a que los granos tengan más limitaciones para su uso en alimentos.

Sin embargo, “en la medida que hubo más nitrógeno, la concentración de proteína en el grano mejoró”, subraya Fertilizar AC.

Limitaciones

En la soja es similar al caso del trigo: cuando aumentó el rinde, disminuyó la calidad.

En tanto que cuando se aplicó fósforo “aumentó la producción de proteínas y se dieron mayores rendimientos sin reducir la concentración de proteínas”, expresa la entidad.

Para el caso del maíz, el aumento en rendimientos que se dio en los últimos años con el mejoramiento en las semillas también estuvo “asociado” a la aplicación de nitrógeno.

Sin embargo, disminuyó la concentración de fósforo en los granos, “porque no se ajustó” según en cantidad acorde a los requerimientos del cultivo.