18/01/2023 | | Productos

Ya está en Argentina el destructor de semillas de malezas

Es el sistema que se incorpora en las cosechadoras a fin de evitar que se dispersen y vuelvan a infestar los lotes.

Las cosechadoras argentinas ya pueden probar el destructor de semillas de malezas, un dispositivo que se encuentra operativo en otras partes del mundo.

En la campaña pasada se probó por primera vez en el agro argentino el sistema que se convierte en una vía directa para el control de malezas en la cosecha.

La primera experiencia local con los destructores se realizó en un campo Pozo del Molle (Córdoba), sobre un cultivo de soja de 2.700 kilos/hectárea y con alta infestación de Amaranthus hybridus (yuyo colorado).

El banco de semillas del suelo es en las malezas la principal fuente de reinfestación por lo que evitar su reposición es clave.

Con el paso de la cosechadora hay dos procesos de dispersión de malezas:

  • El ingreso de semillas nuevas al lote
  • La dispersión de semillas de individuos sobrevivientes

Así, el paso de la cosechadora puede echar por tierra todo el esfuerzo e inversión en controles químicos realizados durante la campaña.

Existen hoy en el mercado accesorios para cosechadoras que facilitan la destrucción de semillas de malezas que ingresan a la máquina y contribuyen al control.

Estos dispositivos son los que se conocen como “destructores de semillas”.

Fundamentos

Santiago Tourn, especialista en agromáquinas, analiza los rotores, uno de los accesorios de destrucción de semillas que hoy existen en el mercado.

Tourn explica que el principio de funcionamiento (similar en los cuatro modelos hoy disponibles) consiste en un rotor y un estator fijo que genera impactos sobre el material de cosecha, originando roturas y fisuras en las semillas de malezas.

La tasa de mortalidad de las semillas que pasan por el rotor puede alcanzar el 95-98%.

Sin embargo, su eficiencia de control varía entre 50 y 90% del total de malezas presentes en un lote, y esto depende de múltiples factores del cultivo, de la morfología de la maleza y de la práctica de cosecha en sí.

Sobre este último punto, hay que considerar variables como la altura de corte del cabezal.

Por ejemplo, en maíz o girasol el cabezal corto por arriba y la mayoría de las semillas no ingresan a la máquina.

Además, debe haber un “sincronismo” en la madurez del cultivo y la maleza a la hora de pasar la cosechadora.

Según Tourn, en Argentina, donde cerca del 70% de las cosechadoras son de contratistas, y se desplazan en varias zonas para trabajar grandes extensiones de hectáreas, lo más factible es que la adopción comience por el productor que quiera aumentar las herramientas para poder hacer un mejor manejo de las malezas.

Los pioneros en la incorporación de esta tecnología en territorio argentino fueron los investigadores y asesores de AX Consulting.

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