Agroseri inauguró en su sede de General Pinedo (Chaco) su museo empresarial y a la vez familiar.

En la planta que actualmente la empresa está ampliando, se destinó un sector para exhibir los productos que la familia Seri desarrolló para el agro argentino.

Lo hizo a lo largo de cuatro generaciones en el país que tuvieron el empuje y la creatividad de generar máquinas inéditas.

Así nació la primera trituradora de paja para cosechadoras, que se puede apreciar ahora en el museo y fue uno de los hitos marcados por la empresa.

También los visitantes pueden ver los sucesivos desarrollos que los Seri lanzaron al mercado, hasta llegar al actual sistema BES (Beneficio Económico Sustentable).

Historia

La trayectoria tiene su punto de partida con el arribo a la Argentina del inmigrante italiano Juan Fernando Seri.

A mediados de los años 1920, hace casi un siglo, Juan Fernando inició en Camilo Aldao (Córdoba) la tarea de forjarse una vida en el país.

El esfuerzo fue compartido, años después, por su hijo Mario, que heredó la pasión por los fierros y tuvo visión para abrirse un camino en la actividad de las máquinas agrícolas. El museo lleva su nombre.

La posta fue tomada por José, el hijo de Mario, y juntos crearon la trituradora de paja que patentaron en la década de 1960.

Al Norte

La búsqueda de nuevos horizontes, comerciales y productivos, que caracterizaba a Mario y José, los llevó a evaluar las posibilidades del Norte argentino.

Convencidos de que había una oportunidad, el 1° de enero de 1977 se radicaron en la localidad de General Pinedo.

Empezaron años de esfuerzo y trabajo para consolidar el emprendimiento familiar que tuvo un nuevo brote con Juan Pablo, hijo de José.

Recibido de Programador de Sistemas y con el llamado de los fierros que provenía de los genes, Juan Pablo abrió otros surcos innovadores que llevan el “sello Seri”.

Pioneros

En 2015, Juan Pablo Seri comenzó a empujar con fuerza su proyecto de controlar las malezas de manera mecánica.

Las malezas resistentes ya eran un problema concreto en el campo argentino y las estrategias basadas en agroquímicos no podían frenarlas.

La iniciativa de Juan Pablo no fue considerada seriamente en la mentalidad que reinaba ocho años atrás.

Aquel sistema, denominado Beneficio Económico Ecológico (BEE) mereció la atención de una figura central en las máquinas agrícolas, como era Mario Bragachini.

El especialista del INTA reparó en los beneficios que podía reportar el producto de Agroseri y lo ponderó en charlas públicas.

Pero Bragachini hizo algo más. Sugirió cambiar el nombre por Beneficio Económico Sustentable (BES) y así quedó la designación definitiva.

Actualidad

El sistema BES fue llevado por Juan Pablo Seri a distintos lugares del país, en una tarea de difusión sostenida por una férrea voluntad.

La prédica consiguió que la idea germinara y se plasmara en resultados concretos, a tal punto que la empresa Genovese la valoró en su real dimensión.

Así nació la alianza estratégica de Agroseri y Genovese, que hoy permite contar con un producto evolucionado para controlar malezas y mejorar lotes que vienen de la cosecha.

El producto BES, que al principio era mirado con desdén, hoy sirve de inspiración para equipos que proliferan en el mercado argentino con la consigna de controlar mecánicamente las malezas.

Todo el recorrido de máquinas, desde las primeras herramientas de Juan Fernando y Mario, hasta el sistema BES, ahora es posible verlo en el museo de Agroseri.