26/04/2023 | | Tecnología

¿El hidrógeno desplaza a los motores eléctricos?

Algunas compañías internacionales parecen inclinarse por motores a hidrógeno porque simplifican estructuras y operaciones. ¿Una tendencia definitiva?

Los fabricantes globales de maquinaria agrícola están embarcados, sin excepciones, en la búsqueda de equipos movidos por combustibles alternativos.

Las diferencias, en todo caso, pueden marcarse a partir de la preferencia por la fuente de energía elegida.

Las máquinas eléctricas picaron en punta, con una gran difusión y muchas innovaciones, tanto en el agro como en la construcción.

Pero el hidrógeno amenaza con quitarle protagonismo, ganando terreno entre las compañías que ya tienen experiencia en combustibles optativos.

El interés que despierta el hidrógeno está basado en la necesidad de lograr una solución sencilla y económicamente accesible.

Está claro que el mercado no aceptará una energía alternativa que complique las tareas y que sea demasiado cara.

¿Qué mejor, entonces, que tener un motor de combustión interna (a hidrógeno), similar a los que ya se están fabricando?

Contrastes

A la hora de comparar el desempeño de los impulsores a hidrógeno respecto de los motores eléctricos, se pueden apuntar algunas ventajas y desventajas:

Factibilidad 👉 Una de las ventajas de los motores a hidrógeno es que se puede reemplazar una compleja y costosa pila de combustible por un motor de perfil convencional.
Ruidos 👉 En este renglón, es innegable que las máquinas eléctricas presentan un nivel de ruido muy inferior al de los motores térmicos. Además, alcanzan la neutralidad de carbono en uso.
Costo 👉 Por contrapartida, los paquetes de baterías que demandan los impulsores eléctricos resultan onerosos, especialmente cuando se trata de equipos pesados, con mayores exigencias de potencia.
Autonomía 👉 También las máquinas eléctricas presentan mayores limitaciones para extender sus jornadas de trabajo frente a las que pueden operar con hidrógeno. Por ejemplo, el tractor eléctrico JCB Fastrac 8330 necesita 10 toneladas de baterías (U$S 500.000) para asegurar 16 horas de trabajo.
Viable 👉 Partiendo de un motor conocido de combustión interna, para adecuarlo a hidrógeno hay que modificar la cámara de combustión, el encendido y optimizar los ciclos de explosión. También es necesario aumentar la turboalimentación, porque la combustión del hidrógeno requiere 2,5 veces más oxígeno por unidad de masa que la nafta.
Precio 👉 Actualmente, 1 Kg de hidrógeno cuesta U$S 6,60/11,00, equivalente a a 3 litros de gas obtenido de biomasa. El costo de uso es, por lo tanto, ligeramente superior, pero debería poder disminuir con el aumento de la producción de hidrógeno. Esta cuestión es la que hoy está en debate entre los gobiernos europeos, dentro de sus planes de descarbonización.
Generación 👉 El 95% del hidrógeno todavía se produce a partir de combustibles fósiles. Es la solución más rentable, pero emite mucho anhídrido carbónico (CO2). La forma de lograr hidrógeno a un costo razonable es por electrólisis a partir de fuentes de energía renovables, lo que se conoce como «hidrógeno verde». Es la alternativa que hoy manejan las industrias que tienen altas emisiones de CO2 y deben bajarlas.

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