Los tractores a metano se afianzan en el mundo y anticipan la independencia energética del sector agropecuario.

Ya se venden en Europa y Estados Unidos, y también iniciaron la etapa comercial en Brasil.

Incluso en Argentina, se espera que New Holland introduzca el primer tractor a gas en el transcurso de 2023. La idea es probarlo con clientes de la marca que tengan en su campo generación de biogás.

La irrupción de los tractores a biogás se inscribe en un proceso tendiente a la denominada “solución circular de agricultura neta independiente de la energía».

Vale decir, la reutilización de desechos generados en un campo, para convertirlos en combustibles, que a su vez se emplean en la producción del propio campo.

Integración

El uso de tractores a metano implica también la disponibilidad de tecnologías que permitan capturar, procesar y utilizar por completo las emisiones de los efluentes pecuarios.

Así se puede convertir un desecho agrícola en biometano, como también en una variedad de subproductos, incluyendo biofertilizante y bio-anhídrido carbónico.

Al usar estas tecnologías en un establecimiento agropecuario, los productos resultantes pueden reducir significativamente la huella de carbono y, además, distribuirse localmente para proveer energías no contaminantes.

Propulsión

En el eslabón final de la cadena de utilización de residuos y biomasa para producir combustible, está esperando el tractor para cargar combustible.

Es la base de un futuro en el que los productores podrán maximizar la productividad mientras reducen su huella de carbono y proclaman la independencia energética.

El metano que se escapa a la atmósfera es muy dañino como gas de efecto invernadero y contribuye significativamente al cambio climático.

De hecho, es mucho más dañino que el dióxido de carbono, teniendo un impacto 80 veces mayor en los primeros 20 años de su vida en la atmósfera.