Esta semana se difundieron los datos del informe trimestral del INDEC referidos al desempeño del sector de la maquinaria agrícola.

Tal como se esperaba, las estadísticas oficiales confirmaron el repunte de las ventas de equipos, que en el primer semestre del año acumula un alza de 10,3% respecto a las unidades comercializadas  durante similar periodo de 2015. Aunque más moderado de lo previsto, el crecimiento observado no deja de ser alentador.

Un dato complementario es que, al igual que en el trimestre anterior, el informe del INDEC se abstiene de precisar el origen importado o nacional de las ventas consignadas en el segmento de sembradoras. Desde el organismo se aducen razones de “resguardo del secreto estadístico” para recortar esta información que se suministró durante los últimos 13 años.

Lo curioso es que no sucede lo mismo en cosechadoras, tractores e implementos, donde se siguen detallando las ventas según el origen de los productos. No es una información cualquiera.

Por ejemplo, a partir de esa data se puede deducir que en cosechadoras el crecimiento interanual durante el primer semestre fue de 15,3%, solventado exclusivamente por el alza de 172,9% en las colocaciones de modelos importados, mientras que las ventas de cosechadoras fabricadas en el país retrocedieron 6,3% respecto a enero-junio de 2015.

Surcos cruzados

Volviendo al caso de las sembradoras, el cambio de la política informativa del INDEC se encuadra en un escenario en donde comienzan a aparecer señales de alerta dentro de la industria nacional por el ingreso de equipos importados. No es un tema menor, si se tiene en cuenta que este segmento es el más emblemático de la industria local de la maquinaria.

Recientemente, empresarios del sector elevaron un reclamo a las autoridades del Ministerio de Agroindustria por la importación de 20 sembradoras. Ante el pedido, el Gobierno Nacional prometió investigar la operatoria, tal como informamos en MaquiNAC.

• LUCES AMARILLAS. Alertan por el ingreso de sembradoras importadas

Más allá de las consideraciones políticas, lo concreto es que la industria nacional se enfrenta a un cambio de escenario muy marcado en el cual, segmentos como el de sembradoras, se puede decir que tienen “todo para ganar” y “todo para perder”, por más curioso que parezca.

¿Por qué todo para ganar? Porque el rubro fue uno de los que más sintió la retracción del mercado durante los últimos años. Las ventas de sembradoras pasaron de una media de casi 4.000 unidades anuales durante la década pasada, al piso de 1.117 equipos vendidos en 2015. Demás está decir que la industria local sufrió plenamente ese desplome, ya que 99% de los equipos comercializados en el período fueron de origen nacional. Con la misma lógica, se puede esperar que la recuperación de las ventas “derrame” buenas noticias a las fábricas del rubro (tal como está sucediendo en lo que va del año).

¿Por qué todo para perder? Por la misma razón del punto anterior. La industria local tenía “alambrado” este mercado y ahora se encuentra ante la disyuntiva de que la esperada recuperación se produzca, pero con nuevos invitados al “banquete”. Concretamente, que las marcas globales comiencen a sacar tajadas importantes de este mercado, con ventajas competitivas difícil de igualar, al menos en el corto plazo.

Mirando al mundo

La Argentina es el único de los grandes países agrícolas en donde el mercado de sembradoras presenta una oferta atomizada en más de 50 marcas locales, prácticamente sin presencia de jugadores mundiales (al menos hasta ahora).

Basta mirar a los países vecinos para observar la participación dominante de marcas como John Deere, Case, New Holland, Massey Ferguson y Valtra, además de otros jugadores de peso creciente, como Kuhn, Amazone y Great Plains.

En la mayoría de los casos, prácticamente no existe producción local de sembradoras. Pero incluso en Brasil, donde hay una industria nacional importante, el proceso de concentración y transnacionalización es acelerado. El punto culminante fue en 2011, con la alianza estratégica del Grupo CNH con Semeato, la marca líder en sembradoras brasileñas, que hoy comparte su oferta de productos en el menú de Case y New Holland.

¿Se viene el aluvión?

Hasta ahora, la información retaceada por el INDEC es sólo una curiosidad. De hecho, si se consideraran como vendidas las 20 sembradoras ingresadas por Aduana apenas representarían un 3,1% de las 609 sembradoras comercializadas entre enero y junio. Mucho menos que la participación que el propio INDEC reconoce a los productos importados en rubros como cosechadoras (28,4%), tractores (10,6%) o implementos en general (11,2%).

Pero quizá el problema no sea la foto actual, sino la película que se viene.

Paradójicamente, si la industria nacional va a tener que salir a dar esta batalla (en condiciones desiguales en muchos aspectos, como costos, tecnologías, financiamiento, escala, etc.), necesita más que nunca de información cierta de los organismos oficiales. Al menos para saber cómo va el partido.

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