Crucianelli Foto Perfil Empresa

Crucianelli, a la vanguardia en sembradoras con pura tecnología


De la fábrica de arados que creó Nazareno Crucianelli a la empresa especialista en equipos para siembra directa, pasaron seis décadas. Una historia forjada con innovaciones, coherencia en la organización y capacidad para anticiparse a los cambios.

Crucianelli Air Drill

Sembradora Air Drill de granos finos y gruesos.

Talleres Metalúrgicos Crucianelli SA constituye un caso exitoso de metamorfosis empresarial, desde un pasado de fabricante de implementos para labranza a la especialización actual en sembradoras de directa.

Durante una trayectoria de 60 años, que arranca con el taller fundado por Nazareno Crucianelli en 1956, la firma se consolidó sostenida en cinco bases:

  • La decisión estratégica de enfocar el negocio sobre las sembradoras, al entrar en plena sintonía con la orientación técnica que marcó la siembra directa. El objetivo principal consistió en enfocarse en un solo tipo producto y evolucionar sobre él.
  • Incorporación de tecnología de avanzada y de materiales nobles en los procesos industriales para diferenciar sus máquinas sobre atributos de durabilidad y calidad.
  • Al ser una empresa familiar, se elaboró la política de forjar relaciones firmes y duraderas con los clientes y los concesionarios, procurando también el liderazgo en la comercialización.
  • Trabajar con la consigna de poner en el mercado sólo sembradoras probadas a fondo en distintas zonas productivas. En este aspecto, el trabajo con cada concesionario es fundamental para analizar si un equipo se adapta a las características de una región específica.
  • A través del tiempo, Crucianelli mantuvo un formato de organización interna. Está basado en el funcionamiento de un directorio integrado por las cuatro áreas históricas de la compañía: producción, ventas, tesorería y administración.

El resultado, al cabo de seis décadas, es una empresa colocada en los puestos de liderazgo dentro de la fabricación nacional de sembradoras y posicionada con sus productos en mercados de varios continentes.

Se ha convertido, también, en símbolo de Armstrong, la ciudad de Santa Fe que es sinónimo de maquinarias agrícolas.

En ese lugar tan emblemático para la industria de los fierros, Crucianelli se destaca como una de las empresas pioneras y sostén de la actividad económica.

En Armstrong, ocho de cada diez fábricas corresponden al sector de agromáquinas y agropartes. Del total, casi 83% son empresas familiares. Este perfil encuentra una síntesis completa en Crucianelli.

En los primeros tiempos del taller que Nazareno Crucianelli convirtió en su empresa, se reparaban máquinas viejas. Después, empezó la fabricación de algunos molinos de viento y guinches para emparvar pasto.

Crucianelli catálogo

Catálogo de la época, sobre repuestos para arados.

En 1956, un vecino le propuso a Nazareno armar un arado, porque en esa época se dependía de los equipos importados. Crucianelli tomó el desafío y el primer problema fue la obtención de materia prima. Por aquellos tiempos no existía la laminación del hierro.

La solución consistió en tomar piezas de arados en desuso. Raúl Crucianelli, todavía adolescente, ayudó en esa tarea a su padre. Se subía a un jeep y recorría los desarmaderos para ubicar las partes necesarias.

Así, con una “línea de producción” artesanal, nacía en 1956 la empresa Talleres Metalúrgicos Crucianelli, dedicada a producir arados de rejas.

La elaboración de piezas, para la industria en general, fue resuelta posteriormente: Fabricaciones Militares, en Zapla (Jujuy), empezó a fabricar timones y resortes de arados.

En los años siguientes, Crucianelli acompañó el desarrollo de la mecanización en la agricultura argentina. Así, fue fabricando todos los equipos necesarios para roturación y siembra.

Se añadieron, por caso, el disco múltiple, la rastra de doble acción y la sembradora combinada de granos gruesos. Estos equipos a tracción mecánica eran novedosos para ese entonces, porque todavía predominaba la tracción a sangre. Crucianelli llegó a tener una línea de 13 implementos.

Crucianelli Special C-5

La histórica»C5″.

En 1965, la empresa fabricó la primera sembradora de granos finos, tomando como base el modelo de una marca americana. Al año siguiente lanzó la producción de implementos con adelantos importantes para la época: Levantes hidráulicos; bolilleros en lugar de rodamientos a bujes; materiales plegados en vez de laminados y rodados engomados.

En 1975 Crucianelli lanzó la sembradora de granos finos denominada C5. La «C» hacía alusión a la incorporación de la caja de cambios y el «5» reflejaba el año.

Sembradoras para directa

A mediados de la década del ´80, en el agro argentino se empezó a hablar de labranza mínima, una técnica precursora de la siembra directa. Ya había antecedentes, a finales de la década anterior, de los primeros lotes de soja sobre trigo sin arar.

Sembrar prescindiendo de las habituales tareas de roturación, implicaba que los implementos como el arado, disco múltiple, y rastras de discos de doble acción, se utilizarían cada vez menos.

En 1982 la empresa de Armstrong lanzaba al mercado su sembradora para granos gruesos de 10 surcos H82 (“H” por ser totalmente hidráulica y “82” por el año). Había comenzado la carrera hacia las máquinas grandes.

Vislumbrando el vuelco que la agricultura ya perfilaba en el negocio, Crucianelli tuvo que redefinir su estrategia. En 1984, cuando la historia de la siembra directa abría esos primeros capítulos, un infarto puso fin a la vida física de Nazareno.

Raúl Crucianelli tomó la posta como presidente y, con el directorio compuesto por los colaboradores que habían acompañado a su padre, evaluó el horizonte que se acercaba.

Había dos puntos de vista. El área de Ventas consideraba que era necesario fabricar la mayor diversidad posible de implementos. De este modo, siempre habría algo que vender. La otra opción era especializar a la empresa en un solo tipo de máquina para ganar en eficiencia y productividad. La decisión final se inclinó por la segunda alternativa: Crucianelli sería fabricante sólo de sembradoras.

“Marcamos una gran diferencia cuando empezamos a especializarnos. Haciendo una docena de productos no éramos especialistas de nada, así que paulatinamente fuimos dejando de fabricar algunos implementos y el último equipo que discontinuamos fue la rastra de discos. Ahora somos especialistas en un solo rubro. Hoy, a un productor, podrá no gustarle el color de la sembradora, pero la variedad de modelos la va a encontrar”, es el enfoque que brindan desde la empresa.

En 1985 nació la primera sembradora de la línea Pionera y se empezó a comercializar en 1986. El nombre se debió a que fue la primera máquina que “cambió el concepto en sembradoras de granos finos, construida sobre un fuerte chasis y tolva de gran capacidad, pensada para grandes productores con la necesidad de transporte y apta para fertilización”, explican en Crucianelli.

Luego de rápidos cambios dio lugar al nacimiento de la Pionera Dual.

Uno de los atributos técnicos de la Pionera, en su trayectoria, ha sido el balancín hidráulico compensado, que Crucianelli registró en 2002. Consigue una apoyatura de las cuatro ruedas y, al eliminar torsiones en la estructura general, mantiene una profundidad uniforme.

También la línea Pionera se ha destacado por el tren de siembra compuesto por cuchilla ondulada, doble disco plantador, doble rueda envolvente y ruedas tapadoras.

Después vino la gama Gringa, de sembradoras para granos gruesos. Esta línea evolucionó con actualizaciones en el diseño general, con la incorporación de paralelogramos de accionamiento paralelo al piso, chasis de mayor fluctuación para un mejor copiado del terreno, tolva de mayor tamaño para semillas y fertilizantes y mayor despeje de cuerpos en transporte (con menor ancho).

En 2014, Crucianelli desembarcó en el segmento de las sembradoras Air Drill. Lo hizo con un modelo de alta gama, con equipamiento full y versiones de 8,20 metros a 10 metros de ancho de labor.

Sembradora Crucianelli Gringa 2035

Apuesta al futuro. La Gringa 2035 Precisión.

También entró al terreno de las Air Planter, presentando un modelo que propone alta productividad, mayor ancho de trabajo pero con medidas reglamentarias para su traslado, sistema de plegado comandado por un único operador sin bajarse del tractor, y tolvas centrales en polietileno de gran capacidad para una mayor autonomía de trabajo y menor tiempo de carga.

Además, Crucianelli ingresó de lleno a la nueva etapa que la Agricultura de Precisión propone para las sembradoras. Así, incorporó la tecnología de Precisión Planting y presentó la Gringa 2035 Precisión, una versión de 20 líneas a 35 centímetros equipada con monitor de siembra 20/20 SeedSense.

También cuenta con el sistema de información FielfView Plus, control de dosis variable RowFlow, sistema neumático regulador de carga cuerpo por cuerpo AirForce, dosificación neumática de semillas vSet, sensores de semillas WaveVision y afirmador de semillas Keeton, entre otros accesorios de Precision Planting.

Nazareno Crucianelli

Nazareno Crucianelli (Crucianelli)

Constantino Crucianelli, un inmigrante italiano que había llegado a la Argentina desde la región de Macerata (en el este de Italia) para trabajar como obrero ferroviario, trajo a su familia en 1924. La componían su esposa Amelia y cuatro hijos, entre ellos Nazareno.

Los Crucianelli se radicaron en la zona rural de Armstrong y sus ahorros les permitieron comprar una chacra. Nazareno pasó su infancia ayudando en las tareas rurales y, ya adolescente, mostró su afición por la herrería. Se dedicaba a la reparación de máquinas viejas.

En 1947 se casó con Elisa, una vecina, y durante 1948 se mudó al pueblo, debido a una gran inundación. Los contratiempos se suavizaron en ese mismo año con la llegada de Raúl Crucianelli, uno de los hijos del matrimonio.

Nazareno se empleó como peón en un taller mecánico y en una herrería, donde se arreglaba todo tipo de carruajes. Cuando salía del trabajo, se dedicaba a armar su propio taller en el patio de la casa. Después de un tiempo logró independizarse y, junto a un cuñado, se encargó de arreglar máquinas agrícolas, destacándose en soldadura y herrería, en el mismo pequeño galpón armado en la vivienda familiar.

También empezó a fabricar productos para el campo. Arrancó con molinos de viento y guinches para emparvar pasto.

Despuntaba por entonces la mecanización agrícola en Argentina y Crucianelli la llevaba a la práctica. “Por mecanización agrícola hay que entender el reemplazo del caballo por el tractor. A esos implementos que eran traccionados a sangre, hubo que sacarles la vara con la que tiraba el caballo y transformarlos para operar con un tractor”, es la explicación de Raúl Crucianelli.

Crucianelli primera planta en Armstrong (Santa Fe)

La primera planta de producción de Crucianelli.

En esos años, cuando el taller de Nazareno empezaba a armar los primeros arados, su hijo Raúl se subía a un jeep y viajaba hasta Las Parejas o a Marcos Juárez, en la vecina Córdoba, para buscar timones de los viejos arados importados, o resortes de las máquinas espigadoras, materiales que después se apilaban y clasificaban para poder fabricar arados.

Ya para 1960, el galponcito familiar le quedaba chico a Nazareno Crucianelli y, con la ayuda de su hermano suyo Guido, experto en el oficio de la construcción, construyó el primer galpón “de perfil más industrial” o “galpón fábrica” en la calle Córdoba Nº 764.

Posteriormente, en la parte de atrás, dejando un patio interno, construyó su segundo galpón perfectamente alineado con el primero, donde instaló una fundición de metales. Con el transcurrir del tiempo y el crecimiento de las ventas, trasladó la fundición a otro lugar, techó el patio interno uniendo los dos galpones y logró agrandar sustancialmente el espacio de la fábrica.

En equipo

Nazareno conocía sus límites. Era consciente de las cosas que no sabía y de la necesidad de trabajar en conjunto. Con esa visión, comenzó a armar un equipo con Armando Dalmagro (experto vendedor de seguros) que se hizo cargo de la parte comercial; luego se incorporaron dos administrativos, uno de ellos Reginaldo (Chocho) Recanatti, y un vecino de casa, Avelino Ascenci y también un encargado para la fábrica.

Desde los arados iniciales, la empresa orientó su producción hacia otros implementos: disco múltiple, rastra de doble acción y una sembradora combinada de grano grueso. Crucianelli llegó a fabricar 13 implementos distintos. En 1965 salió de la fábrica la primera sembradora de granos finos, inspirada en el modelo de una marca estadounidense.

Al año siguiente, Raúl Crucianelli, graduado de perito mercantil, y tras cumplir el servicio militar, se incorporó de lleno a las tareas de la empresa. De a poco asumió mayores responsabilidades y sobresalía en las “relaciones públicas”. El contacto con los concesionarios estaba entre sus tareas predilectas.

También le dedicaba especial atención al intercambio con los proveedores, en particular a los que manejaban nuevos equipos para los procesos metalmecánicos, a fin de captar la tecnología que podía incorporar la empresa en el futuro.

En 1968 la compañía se transformó en sociedad anónima y su funcionamiento estaba ya asentado en cuatro áreas: producción (con un encargado de fábrica), la gerencia de ventas, administración y tesorería.

Con el transcurso del tiempo, una nueva generación Crucianelli se incorporó al trabajo en la empresa.

Gustavo Crucianelli, hijo de Raúl, se desempeñó en distintas tareas hasta ocupar la vicepresidencia. Betina y Laura, también hijas de Raúl, comenzaron en la cocina, preparando café, bien de abajo.

En la actualidad, Betina está al frente de la tesorería y Laura es la encargada del área de recursos humanos.

Cuando Nazareno Crucianelli falleció sorpresivamente el 11 de noviembre de 1984, tres días después de cumplir 64 años, el golpe fue muy grande.

Pero, aparte de su espíritu pionero y sus dotes de visionario, había dejado un modelo de organización en la empresa.

El esquema se componía, y se ha mantenido hasta la actualidad, con un directorio integrado por el presidente y los gerentes de las distintas áreas.

Raúl Crucianelli 60 años de la empres

Raúl Crucianelli festeja los 60 años de la empresa.

Sobre ese pilar, que el tiempo demostró muy sólido, apenas dos días después de la muerte de Nazareno, la empresa prosiguió su marcha. Raúl Crucianelli asumió la presidencia, “compartiendo las decisiones más importantes con un equipo bien consolidado”, como él suele explicar.

El primer objetivo fue concretar lo que se venía gestando, profesionalizar la gestión de distintas áreas, e incorporar un contador y un ingeniero mecánico.

En este último aspecto, Crucianelli fue una de las firmas precursoras en el desarrollo de un departamento técnico. Los colegas, en el ámbito de las maquinarias agrícolas, desaprobaban la iniciativa.  “¿Para qué quieren a un ingeniero?”; “están tirando la plata a la basura, para fabricar máquinas alcanza con el conocimiento del dueño y la experiencia de trabajo de los operarios”, eran las críticas más comunes.

El rechazo también provenía del interior de la firma. “Si ya sabemos lo que tenemos que hacer, ¿para qué necesitamos un ingeniero?”, objetaban los escépticos.

“Planteamos que había que profesionalizar la empresa. El contador venía una vez por semana y yo lo quería a mi lado todo el día. Lo cierto es que esas decisiones se tomaron, y nos fueron dando un plus de diferencia. Yo tenía en claro que la innovación era la única forma de mantenernos competitivos”, ha recordado siempre Raúl Crucianelli.

Además de la organización interna, la empresa creada por Nazareno Crucianelli se vertebró sobre tres vertientes que, de algún modo, habilitan para hablar del “Grupo Crucianelli”.

Hoy la compañía está organizada en tres sociedades industriales:

  • Talleres Industriales Crucianeli S.A. Es la fábrica de sembradoras.
  • Arsemet SRL. Es la industria de piezas metálicas y todo tipo de servicios metalúrgicos. Fue constituida en sociedad con sus propios gerentes en 2006, y está emplazada en un predio de 10.000 m2 en el área Industrial de Armstrong. Posee una instalación moderna con una superficie cubierta de 4.000 m2 en la que trabajan 37 empleados. Provee servicios metalúrgicos de corte, plegado y soldadura.
  • Crucianelli Fabril SA. Es la firma encargada de producir piezas y partes de fundición gris y nodular. Fue constituida en 2008 como desprendimiento de Talleres Metalúrgicos Crucianelli. Cuenta con instalaciones cubiertas de 2.500 m2 y trabajan 20 empleados.

La fase embrionaria de las exportaciones de Crucianelli estuvo signada por un emprendimiento junto a otras tres empresas: Erca, D´Ascanio y Cinal-for. Llegaron a exportar dos máquinas y, aunque nunca las cobraron, la acción dejó el rédito de experiencias positivas.

Sembradora Crucianelli Pionera 2717

Sembradora Pionera 2717

El impulso exportador fuerte arribó a mediados de la primera década del Siglo 21. Los envíos iniciales al exterior fueron hacia países limítrofes. Posteriormente, el negocio empezó tomar vuelo y Crucianelli participó de ferias internacionales y diversificó las exportaciones a otros destinos.

La actividad creció de tal modo que la empresa resolvió crear, en 2005, un departamento de comercio exterior que depende de la gerencia de ventas. Ese departamento se encargó de elaborar estudios de mercado, con rigor profesional, logrando una apertura al mundo que dio lugar al eslogan “Hacia nuevos rumbos”.

En su trayectoria exportadora, Crucianelli logró desembarcar en destinos tan disímiles como Bolivia, Brasil, Chile y Paraguay en América del Sur; México en América central; Angola en África; Europa del Este y Nueva Zelanda en Oceanía.

Los negocios en otras partes del mundo, durante algunas campañas, han cobrado importancia sustancial en los números de la compañía. En 2007, por ejemplo, un año activo para las exportaciones, Crucianelli generó 15% de su facturación en las operaciones externas, cerca de la meta de 20% que la empresa se ha fijado para cuando las condiciones permitan estabilizar los envíos.

Un ejemplo del profesionalismo con que Crucianelli encaró el comercio exterior es la penetración lograda en Europa del Este. Entre 2005 y 2009, la empresa colocó 170 máquinas en Kazajstán, Rusia, Bielorrusia y Ucrania.

La primera acción fue enviar una comitiva para observar qué estaban sembrando los potenciales clientes. Se hicieron análisis de suelos y se configuraron las máquinas para esas regiones.

Respaldadas por el trabajo previo, las primeras sembradoras que se mandaron, funcionaron como pretendía la empresa y, detrás de ellas, fueron todas las demás. La comercialización se encaró en conjunto con un distribuidor de Europa del Este.

En términos generales, Crucianelli coloca en el exterior tanto modelos de la línea Pionera como de la gama Gringa.

Crucianelli ha trabajado durante años hasta construir una planta modelo de 20.000 m2 de superficie cubierta, en un predio de 60.000 m2.

La estructura industrial del presente es el resultado de la historia de esfuerzos y visión de futuro de Crucianelli, a partir del primer galpón de la calle Córdoba Nº 764.

El crecimiento de la empresa, derivó en una dispersión de la estructura industrial. Esa fábrica inicial, con el tiempo, quedó separada de los demás sectores. El área de pintura funcionaba en otra parte y más allá se acumulaban los materiales en el depósito. A media cuadra se había emplazado el sector de carga. Para llegar hasta el stock de máquinas terminadas debía cruzarse la calle en diagonal. Y la fundición quedaba a una cuadra.

En total, de manera desperdigada, Crucianelli ocupaba 2.000 m2 cubiertos dentro del trazado urbano de Armstrong. El funcionamiento resultaba improductivo y crecían las molestias para los vecinos. También había problemas de contaminación. “En nuestro barrio, los pinos eran de color naranja”, lo graficó alguna vez Raúl Crucianelli.

Nazareno se decidió por la mudanza a un nuevo sitio. Las metas de la relocalización de la fábrica fueron las siguientes:

  • Aumento de la producción con el menor incremento posible de operarios.
  • Mejorar la logística, minimizando el traslado de materiales, tanto de la materia prima como de productos terminados.
  • Disponer de espacio para futuras ampliaciones.

Como todavía no se manejaba la idea de un parque industrial en Armstrong, Nazareno demostró nuevamente su capacidad de visionario. Sabía que la planta debía estar junto a la ruta 9 para resolver la logística. Y el emplazamiento debía considerar los vientos predominantes de modo que el humo no fuera hacia el pueblo. Nazareno no sólo trazó en un borrador las coordenadas generales del proyecto industrial. También se apoyó en los conocimientos de un ingeniero especialista en procesos de fabricación.

Además, el modelo de organización de empresa que había implementado, le permitió delegar en su equipo directivo el funcionamiento diario de la empresa y dedicarse de lleno al nuevo proyecto.

Crucianelli comienzos de la fábrica actual

De mudanza. Así lucía la nueva fábrica.

En 1978 compró el terreno donde ahora está la fábrica. Un año después se había completado el techo, pero las turbulencias de la economía obligaron a un parate. Sin embargo, Nazareno no se conformaba y un día sentenció: “un oficial y un peón no consumen tanto material y, sin darnos cuenta, podemos ir levantando paredes”. De a poco, la obra fue tomando forma. Finalmente, en 1981 se inició la mudanza. Primero se trasladó la fundición, y luego la fábrica con las máquinas mismas. En los primeros días de enero de 1982, finalmente, se completó el traslado.

Poco a poco, otras industrias se mudaron cerca. La subestación eléctrica se instaló en la zona y, paulatinamente, la soñada área industrial se ubicó al lado de Crucianelli. Lo que, al principio, parecía un lugar desolado, después se convirtió en uno de los enclaves industriales de Armstrong.

Renovación

Las instalaciones eran nuevas, pero el equipamiento que albergaban necesitaba renovación. En esos momentos, la industria de maquinaria agrícola recorría una fase de transición entre las tareas manuales y la automatización.

Crucianelli, otra vez, captó acertadamente el rumbo de los cambios y convirtió a la incorporación de tecnología en una política de ejercicio constante.

Claro que, esa política, como la correspondiente a la organización interna, también debió vencer resistencias internas y externas.

Ya entre los años ´70 y ´80, cuando la empresa había adquirido la primera máquina soldadora, abundaron las discusiones con los responsables del taller, que no veían razón para reemplazar al electrodo por alambre en rollo. Hasta ese entonces, los rodamientos se asentaban manualmente, con el auxilio de una lima.

El trabajo artesanal se resistía a decir adiós. “¿Para qué el control numérico? Eso es para trabajar en grandes series de producción, no para una empresa como la nuestra” era el cuestionamiento. El tiempo demostró que esa tecnología es más necesaria en series pequeñas, donde existe una mayor variedad de producción.

En los años 90, los directivos de la empresa comenzaron a viajar a Europa y Estados Unidos para observar nueva tecnología que permitiera trabajar con calidad y menores costos.

Crucianelli robot en la planta industrial

Máquinas que construyen máquinas. La tecnología de Crucianelli.

En 1996, Crucianelli se convirtió en el primer fabricante de maquinaria agrícola de Sudamérica en incorporar un robot de soldadura.

Asomó, otra vez, la incomprensión ante la novedad. En la empresa recuerdan que desde firmas colegas les cruzaban la pregunta con asombro: “¿Un robot?; ¿para qué?”. De nuevo, el tiempo demostraría que se imponía una transformación de procesos, tanto en los previos a soldar, como en los posteriores al momento del ensamble. En 1997, la empresa compró el primer torno de control numérico y así le siguieron máquinas de corte y prensas con PLC (Controlador Lógico Programable).

Posteriormente se fueron incorporando cabinas de pintura, máquinas con PLC para el corte, equipamiento para mover piezas o conjuntos pesados, entre otros equipos.

En el 2000 se realizó la primera ampliación del área cubierta de planta que sumó casi 2.000 m2 al área de producción y dio paso a una línea de pintura bien integrada al proceso de fabricación. Se añadió una cabina de pintura semiautomática, otro impacto innovador de Crucianelli.

Promediando la década del 2000, los cuatro gerentes que habían estado desde los inicios con Nazareno y que fueron pilares fundamentales de la empresa, dieron paso a una nueva generación.

Ampliaciones

En 2006, coincidiendo con el 50 aniversario de la firma, se concretó una nueva ampliación de 3.000 m2, que permitió ubicar 2 líneas de producción bien definidas, una para sembradoras de grano grueso y la otra para sembradoras de grano fino.

En 2010, ante una demanda interna y externa que no podía ser cubierta, se proyectó una tercera renovación industrial. En ese momento, Crucianelli resolvió hacer la mayor inversión de su historia: una ampliación de 40% de la superficie de su planta fabril. A diferencia de las ampliaciones anteriores, realizadas con recursos propios, en esa oportunidad, para una parte de la inversión, se utilizó el Crédito del Bicentenario, con intereses subvencionados por el Estado Nacional.

Esta última expansión de la planta demandó una inversión de unos $ 25 millones.

Otra gran diferencia fue que se contrató -llave en mano- a una empresa líder. Después de 18 meses estaba finalizada la obra del sector destinado a producción.

Además, se pavimentaron las calles perimetrales, con más de 8.000 m2 de hormigón armado, sumados a las playas de maniobras y a los nuevos estacionamientos. Esta mejora buscó organizar el tránsito, conjuntamente con la proyección de la nueva portería y punto de control, logrando mejor gestión de la gran cantidad de vehículos y camiones que ingresan diariamente.

En 2016, Crucianelli anunció una inversión de U$S 3 millones para hacer otra ampliación de su fábrica.

La obra se ejecutará en un plazo de tres años e incluirá la incorporación de 5.000 m2 cubiertos a la estructura de producción, más otros 2.000 m2 destinados a las nuevas oficinas administrativas de la compañía.

Cómo produce la empresa

El primer paso para proyectar un nuevo equipo comienza con el análisis de las inquietudes de los usuarios. El área de Posventa y los concesionarios captan los comentarios de los productores y los sistematizan. Luego son evaluados bajo criterios técnicos para determinar si son factibles de trasladar a los productos.

Cuando los planteos de los clientes tienen viabilidad, se hace el diseño de un prototipo y la propuesta es discutida en el directorio. Si se aprueba, es trasladada a los sectores de producción y desarrollo. Este trabajo se complementa con la investigación propia que hace la empresa sobre las tendencias en el mercado.

El plantel de trabajadores sobrepasa en poco el centenar, incluyendo a los jefes de planta y de producción y a los profesionales de ingeniería. “Esta dotación nos da una visión del eficaz proceso que tenemos, ya que con poca cantidad de operarios logramos estar en el mejor lugar del mercado de la maquinaria agrícola”, ha sostenido Gustavo Crucianelli.

Los procesos productivos comienzan con un almacén de materia prima. Se procesan 9 toneladas de chapas por día; cada máquina tiene un promedio de 1.700 piezas y por eso las fases de fabricación se dividen en varios sectores.

Funciona el área de centros de mecanizado donde se hacen todas las piezas que componen una máquina. Después los robots de soldadura se encargan de unir los conjuntos de cada sembradora. Son 7 robots, uno de ellos con cabezal doble que permite trabajar simétricamente, para generar piezas estándares y tener mayor calidad del producto.

Las chapas ya ingresan a fábrica, plegadas y cortadas, provenientes de Arsemet, la empresa que pertenece a Crucianelli. Posteriormente, entra en acción el sector de corte de tubos y caños para armado de chasis. Una vez completado cada chasis, entra en las líneas de montaje. Existen dos líneas de montaje para tener mayor rapidez en la entrega de productos, ya sean sembradoras o repuestos:

  • Una para las máquinas de granos gruesos gruesas, que corresponden a la línea Gringa.
  • Otra para las máquinas de granos finos que es la gama Pionera. Hay tres puestos de trabajo por cada línea.

Esta división también permite orientar los procesos en mercado nacional y mercados internacionales, a fin de responder a las demandas con mayor velocidad.

Después pasan a la cabina de lavado (se incorporó en la última ampliación de la planta), luego a la cabina de pintado y salen a otra línea que es la de armado final. La planta está en capacidad de producir un promedio de 500 máquinas anuales.

Además de la incorporación de tecnología, se optimizó la distribución del esquema industrial o layout dentro de la planta, apuntando a una elevada productividad y a mejores condiciones de trabajo para los operarios. También fue renovado el sistema integrado de gestión y computación.

El área de Posventa dispone de un sector de repuestos y accesorios para reabastecer a las sembradoras. El stock está disponible, asimismo, para los concesionarios oficiales de Argentina y del mundo. En la reposición, trabaja un equipo de técnicos que se encarga de hacer, además, la puesta a punto de los equipos a campo.

Todas esas acciones se completan con cursos de capacitación para los servicios mecánicos de los concesionarios. Los cursos están divididos en jornadas técnicas y prácticas y el objetivo es brindar un servicio completo a los clientes.

Crucianelli ha establecido la política de participar directamente, como empresa en sí, de exposiciones de carácter nacional y de las muestras regionales a través de los concesionarios.

  • Talleres Metalúrgicos Crucianelli SA
  • Ruta Nac. 9, Km. 397 (2508)
  • Armstrong (Santa Fe)
  • Argentina
  • +54 3471461044
  • [email protected]

Productos

BUSCADOR DE PRODUCTOS

Rubro:

Empresa: