Pla hizo de la creatividad el motor de su crecimiento


En 40 años de trayectoria innovó en pulverizadoras de arrastre y autopropulsadas. También se diversificó hacia sembradoras y otros rubros. Abrió una empresa en Brasil y se proyectó al resto del mundo.

Pla ha demostrado en su trayectoria de cuatro décadas una vocación de crecimiento y superación que la llevó a los primeros planos en pulverizadoras y sembradoras. También ha incursionado con éxito en fertilizadoras en alianza con Altina y en otros rubros de agromáquinas.

La empresa lleva el apellido de su fundador: Juan Carlos Pla. En el ámbito de la maquinaria agrícola, Juan Carlos es un símbolo y se lo recuerda como emprendedor e innovador, haciendo derroche de creatividad para diseñar los equipos.

“Las ideas surgían de esa cabecita loca que tenía”, dijo alguna vez Nency Zanuzzi, un histórico directivo de la firma que conoció a Juan Carlos cuando recién despuntaba como fabricante de agromáquinas.

Zanuzzi, gerente de Relaciones Públicas por muchos años, no duda en atribuir el éxito de la firma a “la capacidad emprendedora y de innovación que tuvo Juan Carlos Pla, temperamento que heredaron sus hijos”.

Tecnología

Históricamente, Pla se ha destacado como una empresa especializada en tecnología para pulverización y ese es el corazón de su negocio. De hecho, 85% de sus ingresos corresponden a la venta de pulverizadoras. Los contratistas representan 70% de las ventas en ese segmento.

Pulverizadora Pla MAP II 4000 Dupla

Pulverizadora Pla MAP II 4000 Dupla

Pero también expandió sus actividades hacia la fabricación de productos para la siembra. En este renglón, desarrolló varias líneas de sembradoras que reportan el 14% de la facturación anual de la empresa. En este caso, 60% de las compras es cubierto por productores y el resto por los contratistas.

La parte menor del negocio corresponde al servicio posventa que ofrece la compañía.

Fuera de sus aportes técnicos en la historia de la industria nacional de maquinaria agrícola, la empresa pasó a revestir una gran importancia en la economía de la región sudoeste santafesina. En efecto, Pla es uno de los soportes económicos de Las Rosas, ciudad de 14.000 habitantes, cabecera del departamento santafesino de Belgrano. La localidad experimentó un notable crecimiento a partir del desarrollo de una industria como Pla.

Antes de esa expansión, la diferencia de Las Rosas -en cuanto a características fabriles- con otras ciudades de la región, era abismal, según indican quienes vivieron la historia de Pla. Ahora Las Rosas cuenta con firmas que proveen a Pla, además del movimiento de recursos que genera la propia empresa, lo que conforma un entramado industrial del que forman parte otras firmas fabricantes de agromáquinas.

 Juan Carlos Pla, ya desde los primeros tiempos de la empresa, orientó sus desarrollos hacia los equipos para pulverizar, tanto de arrastre como autopropulsados.

Los modelos que se producían recibieron nombres que incluían las iniciales del creador de la firma: JCP.

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«La última palabra en equipos pulverizadores autopropulsados»

Con posterioridad a las máquinas hechas durante los comienzos, presentó en los años 80 la pulverizadora autopropulsada Pla JCP3 de botalón delantero –como se usaba en aquellos tiempos- y ya dotada de una estructura que facilitaba el trabajo de los operarios. Tenía un tanque de 2.000 litros.

Esa máquina operaba con cabina panorámica en fibra; era atérmica, acústica, hermética y con cámara de aire en todo su contorno. Se la equipó con cristales templados y tonalizados, presurizador especial para trabajos forzados y varios elementos más de confort: limpiaparabrisas, cenicero, encendedor, gaveta porta documentos y panel de llaves de comando.

Incluso el asiento estaba montado sobre base hidráulica y tenía sistema regulador de altura, considerando, asimismo, la inclinación y peso del conductor (previsto en un rango de 50 a 145 kilos).

También en la década del 80 lanzó el modelo Pla JCP4 / JCP4 – AB con botalón delantero, y de características, en general, similares a las de la versión anterior. Tenía chasis en tubo de acero conformado sin costura (sistema patentado por Pla) y ya incorporaba la suspensión delantera asistida por espirales y amortiguadores (otro sistema que Pla patentó como propio).

La gama de equipos autopropulsados siguió con los modelos JCP5 y JCP6 que trabajaban con motor Deutz de cuatro tiempos y de cinco y seis cilindros, respectivamente. El JCP6 fue uno de los últimos pintados con color azul oscuro, que después se reemplazó por el actual amarillo.

En 1993 la empresa anunció “una nueva era en la pulverización terrestre de Argentina”, con el lanzamiento de la pulverizadora autopropulsada de tracción hidrostática 4×4. Así demostraba que “sólo Pla supera a Pla”, según la consigna publicitaria de entonces.

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Publicidad de pulverizadoras autopropulsadas.

Ese modelo trabajaba con túnel de viento patentado y la empresa sostenía que «Sólo Pla puede ofrecer este sistema de pulverización asistida con la garantía de la experiencia lograda desde 1987 hasta la fecha». Mantenía, además, el perfil de cabina con todas las comodidades.

Esa versión 4×4 no presentaba el color azul que había caracterizado a las líneas de la empresa, sino que era de color turquesa porque estaba pensada para exportación. En efecto, Pla estableció en noviembre de 1995 un joint venture con Montana para abastecer el Mercosur con esa pulverizadora.

Desde 1999 se estandarizó el color amarillo en todos los equipos de Pla y quedó atrás el azul. Fue cuando presentó la pulverizadora autopropulsada Pla MAP 2000 que, según afirma la empresa, fue “la primera pulverizadora con piloto automático del mundo”.

Estaba equipada con motor John Deere de 190 HP y un botalón de 27 metros. Como opcional ofrecía un dosificador Raven, banderillero satelital y dirección integral en las cuatro ruedas.

Después siguió con la gama de MAP II, llegando a producir 19 versiones en función de los distintos equipamientos y prestaciones de cada una.

En 2005 lanzó el proyecto Cosmos, una pulverizadora autopropulsada de 36 metros de trabajo, contra los 25 ó 27 metros que se acostumbraban en ese momento. Se presentó con un motor de 240 CV y un tanque de 4.000 litros de capacidad. El equipo fue equipado con una computadora para detectar problemas y con una estación meteorológica en la cabina.

En la construcción de este equipo –desarrollado íntegramente por Pla en Las Rosas– participaron tecnologías de Austria, Alemania, Estados Unidos, Francia y Brasil.

Por otra parte, desde el año 2012, Pla empezó a entregar las máquinas con transmisiones automáticas.

Pla - Juan Carlos Pla

Juan Carlos Pla (Pla)

Juan Carlos Pla –hijo de Miguel y Elvira, productores agropecuarios- siempre fue un apasionado por los fierros, algo que compartía con su hermano Víctor Hugo y que los distinguía en Las Rosas. Como fierrero de alma, emprendía un proyecto vinculado a las máquinas y lo llevaba adelante, a veces sin medir los riesgos.

Juan Carlos había montado un taller mecánico y también vendía repuestos. Pero su meta era fabricar fierros para el campo. Y no le faltaba decisión: se lanzó a producir maquinaria agrícola aun con escasos recursos.

Demostraba ya la pasta necesaria para afianzarse como empresario industrial en Argentina y en una actividad, la agropecuaria, mecida por los vaivenes. Juan Carlos dijo, alguna vez, y con conocimiento de causa, que ser fabricante de agromáquinas “no es para miedosos”.

Así, en 1975 fundó su empresa y arrancó produciendo elevadores de cereales para los puertos, elementos innovadores porque, hasta ese momento, los barcos cargaban el cereal en bolsas. También hacía pinches para levantar rollos, desmalezadoras y otros implementos.

Dos años más tarde, el Establecimiento Las Marías le pidió un chasis elevado para montar sobre un tractor y trabajar en cultivos de té en Misiones. Juan Carlos lo hizo con un despeje de 1,40 metros. La repercusión lograda por esa máquina marcó el rumbo de la empresa, porque ya incluía una serie de innovaciones que no eran conocidas hasta ese momento en el mercado.

La tendencia en la fabricación de aquel entonces, era tomar un aspecto de una máquina, alguna novedad de otra, pero sin un criterio para estructurar el equipo. En ese punto, Pla sacó ventajas de arranque, aplicando innovaciones de su inventiva. Por ejemplo, a esa máquina hecha para el Establecimiento Las Marías, le puso freno a disco a la salida de la caja de velocidades.

“A medida que pasa el tiempo, que contamos con una empresa mucho más organizada, estoy más convencido de que lo que hizo Juan Carlos, con las posibilidades que tenía entonces en sus manos, fue obra de un fuera de serie”, ha sido la convicción de Nency Zanuzzi.

La empresa empezó a producir un equipo por mes, después dos y fue tomando ritmo. Juan Carlos pasaba horas depurando los primeros modelos de pulverizadoras de arrastre que había concebido. Pero también pensaba en otras innovaciones. En 1978, Pla diseñó y produjo lo que se considera la primera pulverizadora autopropulsada de Latinoamérica.

Pla pulverizadora autopropulsada

Primera pulverizadora autopropulsada de Latinoamérica, de Pla.

También generó otras novedades como los equipos de arrastre con levante hidráulico y los primeros pulverizadores de tres puntos en los años consiguientes. Por este camino llegó a puestos de liderazgo en el rubro de pulverización, y también empezó a incursionar con éxito en mercados externos.

La empresa, por entonces, también hacía esfuerzos para imponer su imagen. En 1983 Pla hizo gestiones para participar por primera vez de la Rural de Palermo. Los organizadores se mostraron reticentes porque entendían que la empresa no era conocida. Sin embargo, la insistencia de los directivos logró que, finalmente, tuviera un lugar.

En los años 90, Pla diversificó su cartera de productos y desembarcó en el segmento de las sembradoras que ya venía creciendo aceleradamente.

En 1993 la empresa lanzó su sembradora con sistema autotrailer, acreditando su condición de pionera en desarrollar e implementar esta característica en el agro argentino. También innovó en 1999 cuando presentó “la primera pulverizadora con piloto automático del mundo”.

Los años ´90 marcaron el ingreso de una nueva generación Pla a la empresa, pero en condiciones especiales.

Miguel Ángel Pla, hijo de Juan Carlos, tenía por entonces una prometedora carrera como futbolista en primera división. A comienzos de la década del ´90, Miguel Ángel estaba por pasar de Lanús a Newells.

Pero la empresa estaba atravesando una situación difícil y Miguel Ángel lo veía sufrir mucho a su padre porque tenía que afrontar bastantes problemas adentro de la fábrica y con los proveedores.

La situación lo afectó mucho y tomó la decisión de dejar el fútbol y se incorporó en 1994 a las tareas empresariales, apuntalando a Juan Carlos. «Tuve que decidir y me quedé en la empresa, haciéndome cargo de la administración y producción», explicó.

Por cierto, el trabajo codo a codo con un padre emprendedor, acostumbrado a manejar el timón, no fue sencillo. “Uno, como hijo, cree que se las sabe todas. Con mi padre éramos como el agua y el aceite, muy distintos. Pero sentí que debía estar al lado de él”, recordó alguna vez Miguel Ángel.

Posteriormente, también se sumó al trabajo en la empresa Marisa, hija de Juan Carlos.

En noviembre de 2002 falleció el fundador de la empresa. Su obra ya estaba hecha y la empresa que había dejado recobró el crecimiento con la recuperación de la economía en general y del campo en particular.

Prueba de ello es que entre 2003 y 2008, la facturación de la firma aumentó 137% y tras caer en 2009, volvió a subir y en 2010 casi quintuplicaba el nivel de 2003.

En la actualidad, dentro de la línea de pulverizadoras de arrastre, la empresa cuenta con el modelo MLP 3000, con un ancho de trabajo de 20,3 metros.

En pulverizadoras autopropulsadas, dispone de la serie MAP 3 con siete modelos de entre 2.900 y 4.100 litros de capacidad en el tanque.

Pulverizadora Pla

Pulverizadora Pla Map III 2900

Pla convirtió a 2016 en un punto de inflexión para su concepción empresarial con el lanzamiento de la nueva línea de pulverizadoras autopropulsadas MAP 3.

Esa serie evolucionó con los modelos 4100, con transmisión mecánica Power Shift 4×2 y tanque de 4.100 litros; y 3300 H, con transmisión hidrostática 4×4 y tanque de 3.300 litros de capacidad.

Esas máquinas se desarrollaron con el aporte de tecnología internacional, en especial para las cabinas y los tanques y marcan una etapa en que Pla apuesta a ser jugador internacional en el mercado de pulverizadoras, más allá de sus antecedentes exportadores.

También presentó la pulverizadora Dupla para aplicaciones dobles simultáneas que permite hacer tratamientos selectivos. Esta máquina ha sido llevada a escenarios internacionales, como Agritechnica 2017, por el valor tecnológico que encierra su desarrollo.

Además, Pla llevó el concepto MAP 3 a la fertilizadora neumática en lo que se refiere a diseño y materiales de construcción de las máquinas.

En otro rubro, hubo dos factores que jugaron para que Pla iniciara un proceso de diversificación. Por un lado, la producción de pulverizadoras tenía la característica de que, por la estacionalidad de los trabajos en otras épocas, durante los primeros seis meses del año no había demanda. El mercado se reactivaba desde agosto.

El otro factor consistió en el crecimiento de la siembra directa que se perfiló como un negocio que no podía ser ignorado.

La empresa entonces, desembarcó en el segmento de sembradoras con el mismo espíritu de creatividad y de anticipo a las tendencias, como lo había hecho en pulverizadoras.

Así fue que, por ejemplo, en 1993 Pla lanzó una sembradora con sistema autotrailer. “Fuimos pioneros en desarrollar e implementar esta novedosa característica en Argentina, hoy adoptada por numerosas empresas competidoras”, sostienen desde la empresa.

En sembradoras, ha desarrollado las series AGP G, de sistema neumático y para siembra convencional, labranza mínima y siembra directa.

También lanzó la gama AGP G II de 15 y 17 surcos a 52 cm y sistema de lanza única para trabajo/transporte con chasis pivotante de accionamiento hidráulico sobre el eje de las ruedas, para un rápido traspaso de posición de trabajo a transporte y viceversa. Otras variantes son la AGP G II 21 a 35 y la AGP II F 37 A 17,5 con sistema autotrailer y distancia variable entre líneas a 17,5; 35; 52,5 y 70 cm, sin necesidad de mover los cuerpos.

A su vez, la sembradora AGP III es autotrailer con sistema de elevación y giro hidráulico. Cuenta con tolvas de mayor capacidad para mayor autonomía de trabajo.

Pla también hizo la sembradora STP G –en tres versiones- con chasis modular robusto que permite el acople de dos a tres módulos. Fue concebida con un despeje para facilitar el traslado por caminos rurales.

El último lanzamiento, en 2016, ha sido la STC, una sembradora para granos gruesos, autotransportable de pliegue posterior, cuya principal característica es un pequeño bastidor central y dos grandes alas laterales plegables y articuladas.

También en alianza con Altina desarrolló la fertilizadora y sembradora neumática MAF 6000. Es una máquina “que permite integrar la fertilización a la Agricultura de Precisión”, explican desde la empresa. Permite trabajar con dosis variable y trabajar con mapas de prescripción.

Además, en otro rubro, produjo la despanojadora autopropulsada para el tratamiento mecánico requerido para asegurar el cruzamiento entre dos variedades y obtener una semilla hibrida de maíz. La máquina fue un desarrollo de Pla al que se le incorporó un cabezal fabricado en Estados Unidos.

Entra un socio

 Si bien en la primera década del siglo la facturación de Pla creció en el mercado interno, buscó recursos para expandirse hacia el exterior.

Además, los directivos pensaban que debían profesionalizar la empresa, para que empezara a trabajar con otros parámetros y no dependiera de una persona. Con esa visión, de reestructurar la empresa y conseguir fondos para crecer, se buscó un socio.

Sembradora Pla y tractor Deutz-Fahr

Socios. Sembradora Pla y tractor Deutz-Fahr

Finalmente, Pla concretó en 2010 una alianza estratégica con el fondo de inversión Pampa Agribusiness Fund (Grupo Pampa), que aportó U$S 15 millones de dólares, para impulsar un plan de expansión de la compañía.

Pampa Capital es un fondo de inversión especializado en agronegocios que fundó Alejandro Quentin en el año 2002. El foco de sus negocios está puesto principalmente en la Argentina y Brasil.

Además de asociarse con Pla, Pampa Capital también concretó operaciones resonantes como las compras de los semilleros Relmó y Sursem y la compañía Campo Austral (productora de porcinos y chacinados).

En aquel momento, Miguel Ángel Pla hizo el siguiente análisis: “tenemos un gran potencial de crecimiento en los mercados internacionales. Y para desarrollar el negocio a esa escala es clave la alianza estratégica con Pampa Capital porque nos permite asegurar y potenciar nuestros planes de crecimiento. En Argentina esta inversión nos permitirá adaptarnos para seguir acompañando el crecimiento de la economía del país y por ende la mayor demanda del sector, y también ampliar nuestro servicio de post venta que es clave en nuestra relación con los clientes”.

Deutz-Fahr

En otra muestra del posicionamiento logrado por Pla, la empresa fue elegida por Deutz-Fahr para iniciar una nueva etapa en Argentina.

La marca del grupo Same Deutz-Fahr, retornó al mercado nacional en sociedad con Pla, lanzando tres familias de tractores.

Se trata de las líneas Agrolux, Agrofarm y Agrotron, productos con los que la compañía empezó cubriendo los rangos de potencia Baja, Media y Alta.

La red comercial que Pla posee en Argentina se convierte también en plataforma de venta para los tractores de Deutz-Fahr, capacitándose y adaptando sus estructuras a los servicios y stocks de repuestos necesarios.

En los planes de Pla estuvo permanentemente la intención de trascender las fronteras y llegar a otros mercados con sus máquinas.

En 1995 la firma realizó un joint venture con Montana de Brasil, con el propósito de incrementar sus ventas en el país vecino y logró colocar, inicialmente, 15 pulverizadoras. Esa alianza prefiguraba ya el sendero que seguiría Pla porque en el año 2000 trabajaba sobre el proyecto de desembarcar en el mercado brasileño. En ese momento, las circunstancias económicas adversas, tanto en Argentina como en Brasil, impidieron la operación.

También pesaron, en aquel entonces, las exigencias de la política industrial brasileña que, por ejemplo, obligaban a una firma extranjera, para radicarse, incluir 60% de componentes locales en cada máquina comercializada.

En 2004, con un panorama más claro y con los objetivos perfilados, Pla se instaló en el área industrial de Canoas (a 20 kilómetros de Porto Alegre) con una planta de 10.000 m2 y empezó a abrir centros de comercialización y a producir pulverizadoras autopropulsadas.

Pla entrega la máquina 500 en Brasil-02

Pla entrega la máquina 500 en Brasil, en 2017.

En 2010, la empresa santafesina se asoció con el fondo de inversión Pampa Management Capital (compró una parte de la empresa) y recibió fondos frescos para impulsar sus estrategias. En 2012, se renovó el gerenciamiento de Pla do Brasil y se formularon metas para el crecimiento de ese mercado.

En Brasil viene trabajando con las pulverizadoras autopropulsadas Hydro 200 y Orion 250. Además, incursiona en la mecanización del esparcido de desechos sólidos con la línea Pegasus.

Desde su estructura en Brasil –donde trabajan 100 personas- Pla puso en marcha un proceso exportador a distintos mercados. La pulverizadora Orion 250 se empezó a enviar a Rumania y también a destinos latinoamericanos.

Sin embargo, y más allá de la presencia en Brasil, Pla acredita desde la Argentina una sostenida actividad exportadora. Para 1998 ya exportaba a Brasil, Uruguay y Bolivia.

Esta política se mantiene a través de alianzas con empresas multinacionales para desarrollos conjuntos de tecnología y también exportando a mercados líderes de los cuatro continentes, como Australia, Sudáfrica, países Europa del este y México.

Pla está presente en todos los puntos comerciales importantes de pulverizadoras en toda Sudamérica.

También logró presencia en el mercado de Europa del Este, con países como Rusia, Ucrania y Kazajstán.

En 2013 desplegó acciones para instalar sus productos en Estados Unidos.

También ha sido la primera empresa sudamericana que entró con equipos autopropulsados a Estados Unidos. También Sudáfrica, Australia y México.

En el marco de su plan de expansión, Pla quiere fabricar nuevos modelos. También busca consolidar su creciente perfil exportador y potenciar su presencia en países como Rusia, Ucrania, Kazajstán, Lituania, Sudáfrica, Australia, Estados Unidos y Canadá, según indicó la compañía.

La compañía, líder dentro del país, tiene en puerta el cierre de operaciones con empresas de Estados Unidos, Sudáfrica, Australia, Rusia y otros países del Este europeo, sin dejar de lado otros mercados en Sudamérica, como Uruguay y Paraguay, que también reciben sus equipos.

Actualmente Pla posee en Las Rosas una planta fabril de 20.100 m² cubiertos y cuenta con 420 empleados de manera directa.

La fábrica dispone de capacidad para fabricar entre 40 y 50 pulverizadoras autopropulsadas y 15 sembradoras por mes. Este nivel de producción corresponde a un solo turno de trabajo.

Durante la trayectoria de la empresa se fueron incorporando sectores específicos para los procesos fabriles. Así, se sumó la sección Ingeniería de Producto que se ocupa del desarrollo permanente de nuevos equipos. Está compuesta por 10 profesionales especializados, que se encargan de concebir los productos que se fabricarán y de modernizar las líneas de Pla.

A su vez, el área de Ingeniería Industrial tiene a su cargo el control de calidad. La oficina de costos cumple con la tarea de amalgamar calidad con precios accesibles y el servicio postventa desarrolla el trabajo de asistir a los usuarios de las máquinas lanzadas al mercado.

Pla Power Tours

Durante uno de los Power Tours de Pla.

El camino para desarrollar una nueva máquina empieza por la red comercial que capta las inquietudes de productores y contratistas. Esa información es trasladada al sector de ingeniería que estudia la factibilidad de adaptar los requerimientos de la demanda a las posibilidades técnicas.

Si es factible, se construye un prototipo –ya sea una parte de la máquina o la máquina entera- y es testeado a campo por la empresa y por productores de larga relación con Pla. Si las pruebas son satisfactorias, es presentado comercialmente.

Dentro de lo que son los procesos fabriles –y en la producción específica de pulverizadoras- existe una línea en la planta industrial, conocida como la 10, donde se colocan trenes, diferenciales, basculantes; en la línea 20 se añaden los componentes neumáticos, cabina, tanque y motor. En la línea 30 se instala todo lo que concierne a hidráulica y electricidad y en la línea 40, se añaden los sistemas de pulverización. Después del trabajo en la línea 40, se hace un chequeo general de la máquina; la línea 50 se encarga de todo lo referente a frenos, varillas de cambios, embragues y montaje de capot.

La fabricación de sembradoras cuenta con tres líneas dentro de la fábrica: en la primera se arma todo lo que es el bastidor y se le acopla el sistema hidráulico de la máquina y los cuerpos de siembra; en la estación número dos se incorporan las tolvas de semillas y fertilizantes y en la estación tres se hace toda la parte de transmisión neumática o mecánica.

Antes de entregar la máquina al cliente, el sector de Calidad le hace una revisión estática y funcional. Vale citar como ejemplo que, sólo en tres años, la estructura productiva de Pla entregó 1.100 máquinas.

Por su parte, la red comercial se compone de 40 concesionarios en el territorio nacional y también de nueve puntos de comercialización directa, tanto en venta como en postventa.

Anualmente, la empresa realiza el Pla Power Tour 2016, un programa de exhibiciones y testeos a campo de sus últimos productos, en distintos puntos del país. También desarrolla el Master Pla, un conjunto de cursos de capacitación, destinados a mejorar la utilización y manejo de los equipos de la firma. Participan clientes y son dictados por personal de la empresa.

  • Pla SA
  • Santa Fe 419 (S2520CZI)
  • Las Rosas (Santa Fe)
  • Argentina
  • +54 3471 451655
  • [email protected]

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