28/08/2023 | | Máquinas a campo

Las lecciones que dejó la campaña forrajera

El clima adverso generó condiciones que mostraron la necesidad de contar con tecnología de avanzada para el picado.

La sequía que marcó la campaña forrajera 2023 arrojó aprendizajes sobre las máquinas y las estrategias adecuadas para hacer el picado.

“Hay que destacar que para reunir la cantidad de forrajes necesarios que soporten la carga animal de los establecimientos ganaderos, hizo falta en algunos casos picar un 20% más de hectáreas”, explica Pablo Cattani consultor en conservación y uso de forrajes conservados.

Esta situación sacó a la luz la importancia de usar tecnologías que ayuden a hacer un mayor aprovechamiento del cultivo.

En estos casos, conviene recurrir a un cabezal que permita realizar un corte más bajo con respecto al suelo, lo que impacta en un mayor aprovechamiento del cultivo.

También resulta clave el correcto uso del copiador de terreno.

Resistencia

“En la misma dirección, y con el objetivo de obtener volumen de material, en esta campaña se picaron forrajes bien maduros”, comenta Cattani.

“Al ser una temporada muy seca y con mucha tierra en los cultivos, los contratistas coinciden que esto generó mucho desgaste de máquinas”, agrega.

Hay que considerar, además, que los cultivos maduros, producto de la sequía, son muy fibrosos y con alta proporción de cenizas, lo que los hace aún más agresivos.

Por eso, es importante contar con los elementos de desgaste que vienen tratados de modo de prolongar su vida útil gracias a su recubrimiento de material duro.

Carencia

Cattani recuerda, asimismo, que muchos maíces que se sembraron para picar, no llegaron a producir grano.

Por lo tanto, para preparar raciones, algunos productores se enfrentan a la necesidad de comprar grano fuera de su campo, lo que encarece los costos.

Pero ante esta realidad, lo primero a evaluar es la calidad del material que se está picando.

En esta situación, cobran relevancia las picadoras que están equipadas con sensor NIR, una herramienta que permite conocer los valores de las sustancias constituyentes del forraje al instante de picar.

Así es posible conocer la calidad del forraje, es decir, el “techo” de calidad que se deberá luego mantener dentro del silo.

El monitoreo permanente de la sustancia da una mayor ventaja con respecto a la toma de muestras del silo para un laboratorio.

En este último caso intervienen distintas variables que influyen en el resultado, a lo que se le suma la representatividad de la muestra en relación al volumen del silo.