Las nuevas tecnologías incorporadas a los equipos de cosecha permiten que, mientras la máquina avanza sobre el lote, pueda escanear todo el cultivo a fin de “devorarlo y digerirlo” correctamente.

Con las últimas funciones de automatización que lanzaron las marcas internacionales, basadas en Inteligencia Artificial, se pueden analizar en tiempo real las características del cultivo, a fin de optimizar las configuraciones que demandará su trilla.

Por un lado, surgieron dispositivos reguladores de flujo de material, que se ubican en la parte delantera de la cosechadora.

Consisten en un conjunto de sensores montados en soportes plegables que se extienden más allá de las plataformas de cosecha.

Los sensores miden el estado, la altura y la densidad del cultivo y los valores determinados se utilizan como variables de entrada para el controlador de caudal.

Los sensores también miden el perfil del suelo y optimizan el control de la altura de la barra de corte, utilizando valores calculados mediante nuevos algoritmos.

De esta manera, se limita una sobrecarga o una subcarga significativas de la cosechadora.

Velocidad

Paralelamente, apareció la automatización predictiva de la velocidad de avance, que detecta el cultivo a través de varias fuentes diferentes.

La automatización se nutre de tres tecnologías basadas en satélites: GNSS, imágenes y conectividad.

El GNSS satelital conduce la cosechadora a través del lote con una precisión de 1,5 cm.

A su vez, el software a bordo utiliza una biomasa de densidad de cultivos basada en imágenes de satélite.

Clasificación

Mientras la cosechadora se mueve en lote, las cámaras a bordo clasifican el material a cosechar a medida que llega a la máquina.

La cosechadora utiliza esta información en tiempo real para detectar la altura del cultivo o cultivos caídos y así ajustar la velocidad de avance.

En otras palabras, el sistema puede predecir y mantener la velocidad óptima de la cosechadora al mismo tiempo que va recolectando el cultivo.