El mercado de la maquinaria agrícola parece haber entrado en Brasil en un período declinante.

Al menos es lo que arroja el balance del primer semestre de 2023, que muestra una caída de -6,9% en las ventas respecto a igual período de 2022.

Los números se ubican en un terreno negativo, a pesar de que en junio las operaciones aumentaron +18,9% respecto a mayo.

¿Temporario?

La duda que envuelve al negocio brasileño de agromáquinas es si la disminución de la primera mitad del año se revertirá hasta diciembre.

José Maurício Andreta Júnior, presidente de la Federación Nacional de Vehículos Automotores (FENABRAVE), explica que la industria de máquinas agrícolas todavía enfrenta un escenario de retracción acumulada.

“Los valores de las materias primas, especialmente las cotizadas en dólares, han caído recientemente, lo que ralentiza el ritmo de los nuevos negocios”, analiza Andreta Júnior.

“A pesar de que los fabricantes ajustaron a la baja los precios de los equipos, los nuevos negocios todavía están por debajo de las expectativas”, agrega.

“Y, como el Plan Safra se lanzó recién en la última semana de junio, aún no se ha podido captar la reacción de los productores”, dice el titular de la entidad.

El Plan Safra puesto en marcha por el gobierno brasileño contempla un presupuesto de U$S 75.800 millones para incentivar los sistemas productivos.

Opera mediante créditos rurales con tasas de interés bajas para los productores que adopten prácticas agrícolas consideradas más sustentables.