Se viene diciendo que la acumulación de rastrojos en los lotes de los campos argentinos es una consecuencia de muchos años de siembra directa.

Una de prueba de esa situación podría ser la cantidad de marcas de pisa rastrojos que existen para cosechadoras, tractores y sembradoras.

En otros países también es frecuente que los restos de cosecha sean voluminosos, especialmente cuando se trata de maíz.

Inusual

En un mercado como el estadounidense, principal productor mundial de maíz, los rastrojos pueden ser, a la vez, un problema o una posible solución.

Buscando una fórmula que resuelva el tema, productores de Estados Unidos pensaron en combinar una cosechadora de granos con una picadora de forrajes.

Y así se adaptó un cabezal picador para cortar y desmenuzar los rastrojos y obtener, con los granos remanentes de la cosecha, un material de alimentación para animales.

Incluso, se utilizan cabezales forrajeros diferentes si se trata de recolectar mazorcas o tallos y hojas, según el estado que presente el lote tras ser cosechado.