Hay máquinas agrícolas que tienen la capacidad de resistir el paso del tiempo y se niegan a ser piezas de museo.

Un caso muy ilustrativo de este fenómeno es la pulverizadora autopropulsada tipo triciclo John Deere 6000.

Su presencia protagónica en el mercado estadounidense se remonta a varias décadas atrás.

Claro que, la evolución del segmento hacia equipos de mayor capacidad la relegó progresivamente de los primeros planos.

No obstante, la pulverizadora 6000 se las arregla para sobrevivir, enfocándose en nuevas funciones

Es que la emblemática pulverizadora encontró un nuevo rol en los campos norteamericanos, principalmente por su utilidad para operar en parcelas de testeos.

Por ejemplo, integra el parque de maquinarias de la consultora Crop-Tech Consulting, con base en Illinois (Estados Unidos).

La compañía ofrece servicios de recomendación y análisis de suelos, además de realizar tareas en parcelas experimentales.

Cuando se trata de una prueba de pulverización, recurre a una John Deere 6000, con botalón de 18 metros de ancho y tanque de 1.210 litros de capacidad.

Para estos casos, sus reducidas dimensiones y bajo peso son factores que juegan a favor.

Usados

También se pueden ver otras variantes de este modelo en los circuitos comerciales de equipos usados.

Y no faltan los productores que, para trabajar en cultivos especiales, han refuncionalizado la máquina con pantallas de última generación, nuevos neumáticos y frenos renovados.

Un clásico que se reinventa para sobrevivir.