Durante los últimos años, los teléfonos smartphone se posicionaron como el símbolo palpable de la Inteligencia Artificial al alcance de la mano de los usurarios.

¿Qué podría superar a esa plataforma informática móvil que comunica y hace las mismas funciones que una computadora?

Las máquinas agrícolas tienen la repuesta: Hoy la cosechadora es más inteligentes que un smartphone.

En efecto, una cosechadora de última generación puede reconocer en tiempo real los tipos de granos que están recolectando e informan de su calidad.

También puede evaluar la dirección del viento y la pendiente del suelo para orientarse con mucha más precisión de lo que podría hacer un teléfono inteligente.

Además, mientras el GPS señala la ubicación del smarphone en un espacio menor al metro, la cosechadora triangula la señal con una precisión aún mayor.

Mientras trabaja, la cosechadora selecciona la mejor acción entre 280 millones de posibilidades, lo que le permite optimizar la recolección cada 20 segundos.

Hace un ajuste preventivo para maximizar el rendimiento, minimiza las pérdidas y el grano dañado a través de mediciones precisas de la carga.

En función de estos datos, el sistema puede adaptar constantemente la velocidad y el ángulo de las aletas del rotor (sistema de trilla y separación) y la velocidad del ventilador.

Visualizaciones

Por otra parte, si el smartphone está evolucionando en las cámaras para grabar videos o captar imágenes, la cosechadora tiene recursos iguales o mejores.

Incorporó cámaras que capturan imágenes del material recolectado que pasa por el elevador de granos limpios.

Esa información es comparada con una base de datos que cuenta con miles de imágenes.

Después de analizar la cantidad de impurezas, granos dañados o vainas sin cáscara, entra en acción el algoritmo.

Este algoritmo del sistema inteligente promueve cambios en la cosechadora, basados en experiencias previas.

Mediante estos aportes de la Inteligencia Artificial, las máquinas mejoran su funcionamiento y generan más rendimiento, con menos pérdidas.