La nueva era de las máquinas eléctricas, tanto en el agro como en la contrucción, plantea desafíos tecnológicos importantes para las compañías fabricantes.

En esa línea, uno de los temas que más desvela a los técnicos encargados de lograr sistemas de reabastecimiento es la autonomía de trabajo de los equipos y, en paralelo, los tiempos requeridos para la recarga.

Como las máquinas muchas veces tienen potencial para operar durante prolongadas jornadas de trabajo, no sólo importa la duración de la carga, sino un rápido reabastecimiento de la energía requerida.

En otras palabras, el tiempo que puede demorar en completarse la carga de un equipo emerge como uno de los aspectos más limitantes.

Soluciones

Uno de los rubros más adelantados en la diversificación de alternativas para cargar una máquina reside en las cargadoras compactas.

En sus diseños se incorporan paquetes de baterías más grandes que posibilitan cubrir una jornada laboral completa (con intervalos) o hasta cinco horas de uso continuo.

Las variantes hoy disponibles son:

• Un enchufe de 110V que carga completamente las baterías de iones de litio en 12 horas.

• Un enchufe industrial o doméstico de 220V para cargar la batería en 8 horas.

• Un cargador rápido también se puede utilizar para una carga completa desde un suministro trifásico en sólo 2 horas.