Las pulverizadoras en el mundo se están adaptando a los nuevos sistemas de controles biológicos que evitan el uso de agroquímicos.

En ese contexto, aparecen dispositivos que se incorporan a las máquinas con el objetivo de diseminar parásitos que pueden combatir a las principales plagas de los cultivos.

Es lo que ha hecho Horsch en sus pulverizadoras a fin de aportar una solución biológica en la lucha contra el barrenador del maíz, un problema recurrente en Europa.

En colaboración con la empresa Biocare, Horsch desarrolló un sistema para distribuir en los lotes unas cápsulas de celulosa.

Cada cápsula contiene avispas icneumón, un agente natural que puede controlar al barrenador del maíz.

La cápsula se disuelve en el suelo y las avispas parásitas hembras ponen sus huevos en los del barrenador del maíz.

Así se desarrollan nuevas avispas parásitas en los huevos del barrenador del maíz en lugar de las larvas del barrenador.

Colocación

El dispositivo esparcidor se coloca en los botalones de las pulverizadoras que tienen un ancho de, por ejemplo, 36 metros de largo.

Se logra una distribución amplia y homogénea (48 metros) de avispas parásitas que cubre la mayor parte de los lotes.

Además de esta innovación, Horsch está trabajando en más alternativas biológicas.

En Brasil, por ejemplo, ya hay estudios con varias bacterias para reducir sustancias químicas.