Piersanti capta la demanda existente en el mercado argentino por la tecnología de cabezales DHF, que permiten cosechar e hilerar.

Es una posibilidad ponderada por los contratistas en sus experiencias prácticas al trabajar sobre soja, pasturas y porotos.

Sobre la cuestión expone su caso Fabio Miconi, prestador de servicios agrícolas con base en la zona de San Cayetano (Buenos Aires).

“En la cosecha de soja, hemos estrenado un draper Piersanti de 40 pies que sirve para cosechar e hilerar”, explica Miconi.

“Optamos por Piersanti por el tema de lo práctico que es de pasar de cabezal de cosecha a cabezal para hilerar. Es muy rápido y muy sencillo respecto a otros cabezales, que son más lentos para el cambio de una forma a otra”, define el contratista.

Eficiencia

“En el norte del país, hileramos poroto colorado y blanco y estuvimos en la provincia de Entre Ríos hilerando raygrass”, comenta Miconi.

“Fue una nueva experiencia y nos dio muy buen resultado con respecto al trabajo que se hizo”, añade.

“El cabezal tiene muy buena entrega y la máquina va muy serena. El caudal que recibe el axial de la máquina es muy parejo y continuo”, evalúa Miconi.

“Estamos trabajando a una velocidad de 4,5 kilómetros con el draper de 40 pies. Tenemos muy buenos rindes”, enfatiza.

Ventajas

Fabio Miconi

“El cabezal corta muy bien a pesar de que la cebada estaba caída por las lluvias y los vientos”, señala Miconi.

“También notamos que con el cabezal bajamos el consumo y aumentamos la capacidad de hectárea por hora”, precisa.

“Y no tiene muchas complicaciones en el mantenimiento. Dentro de lo que es un cabezal nacional, cumple muy buenas funciones”, agrega.

«El servicio de posventa es muy bueno. Inclusive, estando en el norte, cada dos o tres días, la gente de Piersanti estaba con el equipo, viendo su comportamiento”, remata.