El esparcido de residuos orgánicos es una práctica conocida en el mundo con el objetivo de aprovechar, en superficie, los nutrientes del estiércol sólido.

Pero también hay casos en que los abonos tienen que llegar al subsuelo, a fin de mejorar la estructura del perfil del suelo.

Sobre esa práctica ha desarrollado su negocio la empresa australiana Terra Nova, especializada en servicios de mejora de capas profundas.

Uno de los problemas que resuelve Terra Nova con su equipo de aplicaciones profundas es el que presentan los subsuelos arcillosos densos.

Limitan la productividad al restringir el agua de lluvia que se puede almacenar en el perfil y provocan anegamientos si la lluvia es excesiva.

También dificultan el intercambio gaseoso entre el perfil del suelo y la atmósfera al tener menor porosidad.

Para afrontar estas dificultades, Terra Nova diseñó una abonadora que está en condiciones de colocar el material en profundidad.

El objetivo del «abono o estiércol del subsuelo» es crear las condiciones donde las partículas de arcilla puedan agregarse para aumentar el espacio poroso.

Mediante un sistema especial de apertura del suelo, la máquina lleva la enmienda orgánica a las capas inferiores, conduciéndola desde la tolva mediante mangueras.

Con altas dosis, colocadas en bandas profundas, la abonadora aporta material rico en nutrientes que estimulan el crecimiento de las raíces de los cultivos en el subsuelo.

También desencadena una intensa actividad microbiana, que estimula el proceso de formación y estabilización de agregados del suelo y al aumento del espacio poroso entre estos agregados.