La incorporación de los robots a las tareas del campo es una tendencia creciente, que parece no tener retorno.

Según el especialista Hernán Ferrari, a nivel mundial hay actualmente alrededor de 30.000 equipos autónomos realizando tareas agrícolas. De ese total, más de 1.000 unidades prestan servicios en Argentina.

Ese protagonismo ubica a la Argentina en el 13° lugar del mundo en cuanto a la adopción de este tipo de innovaciones para el agro.

“Según datos de la consultora IDTechEx, el mercado de drones y robots en la agricultura mueve alrededor de U$S 3.000 millones al año, pero para el próximo ejercicio se prevén ventas por U$S 10.000 millones”, destaca Ferrari, integrante del Grupo Mecanización Agrícola del INTA Concepción del Uruguay,

De acuerdo con su visión, la tecnología ha cambiado la forma de percibir a la agricultura. “El concepto, anteriormente asociado con la imagen de un hombre conduciendo un tractor, ahora refiere a una actividad con alta tecnológica, digitalizada y moderna”, observa.

Mucho por hacer

Más allá de esta transformación, Ferrari admite que la agricultura es uno de los segmentos menos digitalizado de la economía mundial, lo cual es una gran oportunidad para que las empresas crezcan exponencialmente en el desarrollo de nuevas tecnologías.

Considera que si al sistema actual de producción a campo se le suma robótica y la Inteligencia Artificial, se podría triplicar el volumen de alimentos, sin incrementar la superficie productiva y garantizando el suministro.

Funciones

En cuanto a las funciones que cumplen los robots agrícolas en Argentina, Ferrari señala tres tipos de tareas.

Monitoreo Relevan el desarrollo de plagas, enfermedades y estado nutricional de las plantas.

Control Aplicaciones ultra selectivas de fitosanitarios, shock eléctrico, vapor y acción mecánica contra malezas.

Cosecha Detectan el fruto y su madurez para la cosecha individual con brazos de alta precisión.