Las fertilizadoras están en condiciones de aportarle un plus de 20% a la producción de la soja en el mercado argentino.

Es un dato difundido por Fertilizar Asociación Civil al analizar la aplicación de fósforo, azufre y micronutrientes.

Además, la nutrición balanceada preserva el nivel de proteína de la soja, resaltando así la calidad nutricional del alimento.

Martín Díaz-Zorita, asesor técnico de Fertilizar AC resalta que “en soja, como en todo los cultivos, acceder a una nutrición balanceada permite mejorar los rendimientos y la calidad de sus granos por sobre la práctica actual de fertilización”.

La afirmación se apoya en resultados de ensayos a campo de más de siete años, que estudian el comportamiento de la soja y otros cultivos ante las variadas formas de manejar la nutrición que aplican los productores argentinos.

Atención

“La práctica frecuente de fertilización (la que realiza el promedio de los productores), es también una de las limitantes para lograr cultivos de alta producción”, alerta Díaz Zorita.

Más explícitamente, para el caso de la soja, asegura que “cuando se aplican planteos de nutrición combinando dosis adecuadas de fertilizantes con fósforo y aportes suficientes de azufre y, en algunas regiones también micronutrientes, los rendimientos alcanzados son hasta 20% superiores a los frecuentes”.

Otro punto para resaltar es que la mayor parte de los fertilizantes aplicados en soja se concentra principalmente sobre cultivos en siembra de primera, pero las mejoras de fertilizar adecuadamente el cultivo se observan también en los de segunda.

Importante

“En estudios recientes y en evaluaciones en lotes de producción extensiva se observa que, si los análisis de suelos lo indican, también es muy importante fertilizar en los manejos de segunda”, enfatiza Díaz Zorita.

“Por ejemplo, en la última campaña se registraron aumentos de hasta 10% de los rendimientos cuando cultivos de segunda recibieron adecuadas dosis de fósforo, aún en casos de correcto manejo de este nutriente para producir el trigo previo”, agrega.

“Sintéticamente, nutrir soja tanto de primera como en fecha de segunda requiere conocer el sitio de producción y atender adecuadamente a sus requerimientos de nitrógeno aplicando correctamente inoculantes”, indica el especialista.

También hay que contemplar las necesidades de fósforo, azufre y microelementos como el boro, fertilizando en dosis suficientes para sostener un crecimiento normal y eficiente de los cultivos.