Los rastrillos ocupan en el segmento de los equipos forrajeros un casillero de ayudantes en la confección de las andanas para hacer reservas.

Si bien su función es importante, se suele apreciar al rastrillo como un eslabón más en la cadena de mecanización de forraje.

Por lo tanto, no ha sido objeto de diseños para lograr un equipo autopropulsado y no se conoce un fabricante de peso que haya pensado en desarrollarlo.

Ahora bien, ¿podría funcionar un rastrillo autopropulsado?

Los rastrillos motrices que han trascendido, surgieron de emprendimientos particulares y de perfil artesanal.

Es lo que ocurrió con el rastrillo autopropulsado concebido por el productor estadounidense Dick Schirado.

Como no quería desaprovechar una hileradora usada, le acopló un rastrillo en V, aprovechando que podía engancharlo prácticamente sin modificaciones.

Ya que abrir y cerrar los brazos del rastrillo requería más presión hidráulica que la disponible en la hileradora, Schirado montó una bomba adicional.

El productor asegura que el rastrillado es más estable, se puede trabajar en cualquier terreno y se elimina la necesidad de mirar hacia atrás desde la cabina del tractor. Todo el material a rastrillar está a la vista.