¿Son completamente seguros los sensores utilizados en los robots agrícolas o todavía hay un margen importante de peligro para las personas?

El interrogante está abierto en la industria del sector y una respuesta certera se está buscando en Alemania.

En esa respuesta trabaja Christian Meltebrink, a través de su doctorado en la Universidad de Ciencias Aplicadas de Osnabrück y la Universidad Técnica de Berlín.

Meltebrink colabora en la tarea con la empresa Strautmann & Söhne y empezó diseñar un mixer robot que extraiga alimento del silo de forma independiente y lo distribuya a los animales.

El planteo de Meltebrink fue el siguiente: ¿Puede una máquina agrícola reconocer con precisión el entorno en que se mueve?

Si se encuentra en un establecimiento agropecuario, ¿responde de la misma manera que en una planta industrial segura?

Para contestar a la pregunta, utilizó un banco de pruebas de construcción propia y un grupo de cinco sensores diferentes.

“Pero el interés de los fabricantes de sensores fue tan grande que al final tuvimos 15 sensores en el banco de pruebas en lugar de cinco”, afirma Meltebrink.

Diferencias

Los primeros testeos se hicieron con un maniquí, imitando las proporciones de un ser humano.

Sin embargo, si bien puede ser identificado, no está en condiciones de imitar correctamentem, por ejemplo, el reflejo de la luz de la piel humana.

Por lo tanto, Meltebrink profundizó la investigación en los sensores y los probó en una amplia variedad de condiciones ambientales.

A partir de los datos recogidos ahora se pueden comparar entre sí los sensores y, en particular, distintos tipos de sensores.

Las experiencias continuarán en Alemania hasta confirmar que la tecnología sea capaz de volver totalmente fiable a una máquina robot y puede eliminar los riesgos en el trabajo de cada día.