En medio de un contexto en el cual la producción de maquinaria agrícola a nivel doméstico no alcanza a satisfacer la demanda en algunos productos, por la falta de componentes, las luces de alarma por más escasez no dejan de preocupar a futuro.

Es que la suba internacional de los precios del acero y el petróleo, dos insumos claves en el proceso productivo, podría también convertirse en un lastre para los planes de producción de las fábricas.

Por lo pronto, las proyecciones de una menor producción de ambos productos hacen que su valor se mantenga firme y con muchas chances de subir en los próximos meses. Todo dependerá de la duración del conflicto bélico entre Rusia y Ucrania.

A nivel del mercado interno, las siderurgias locales afrontaron aumentos en los costos en los últimos días: El hierro aumentó 60% y carbón más del 200%.

A partir de ello, los mayores costos se trasladarán a los precios de venta.

Europa

En Europa, los principales fabricantes de acero han advertido de la posible caída en la producción debido a la fuerte suba en el precio de la energía.

Las sanciones económicas a Rusia, uno de los mayores proveedores mundiales de metales que se utilizan para la confección de mazos de cables de cobre y otros componentes de la industria, ha sacado del mercado a un jugador de peso.

Rusia es el cuarto exportador global de aluminio y es uno de los cinco principales productores mundiales de acero, níquel, paladio y cobre. Cualquier restricción en su producción o en las compras, derivará de un aumento en sus valores.

Esta semana, la Unión Europea decidió aumentar sus importaciones de acero desde otros países, para evitar una escasez de suministro. Esto se deberá a la decisión de no comprar más acero a Rusia y Bielorrusia.

A partir del 1° de abril, las más de 400.000 toneladas de chapas y flejes laminados en caliente sin alear o aleados que la Unión Europea debía importar desde Rusia, se repartirán, principalmente, entre Turquía, India, Corea del Sur, Serbia y Reino Unido.

Petróleo, en ebullición

El petróleo también tiene en vilo a la producción industrial. La Agencia Internacional de la Energía (AIE) alertó sobre el riesgo de una crisis petrolera durante el otoño.

En su informe mensual, la AIE da por hecho que a partir de abril van a desaparecer 3 millones de los 8 millones de barriles diarios que exporta Rusia.

El problema es que la demanda no va a encontrar una oferta alternativa de petróleo que compense las pérdidas de la producción rusa, de forma que el déficit podría ser de 700.000 barriles diarios en el segundo trimestre, según la agencia.

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