La incorporación de la electromovilidad a la actividad económica y cotidiana, a partir del uso de vehículos eléctricos en lugar de los motorizados a combustión, ha comenzado a plantear algunos interrogantes.

Nadie duda de sus beneficios ambientales.

Sin embargo, la suba de los costos para producir los vehículos, entre los que están los desarrollos en maquinaria agrícola, podría hacer replantear los términos de la adopción.

En Argentina, por ejemplo, se encuentra en estado parlamentario -y próximo a ser tratada en el Congreso- una ley de movilidad sustentable.

El proyecto «promueve las inversiones en electromovilidad, a través de la creación de un régimen especial para los vehículos propulsados por fuentes de energía sustentables».

La ley, que contiene beneficios impositivos para la industria, prevé que a partir de 2041 no se puedan vender en el país vehículos cero kilómetro propulsados por combustibles fósiles.

Mientras tanto, desde Estados Unidos y de Europa no llegan señales alentadoras, en el actual contexto inflacionario.

El impacto en los precios

Es que en los últimos dos años, los precios de las materias primas para la producción de vehículos eléctricos han subido más del doble, según un estudio de la consultora AlixPartners.

El informe señala que desde marzo de 2020, los materiales (cobalto, níquel y litio) necesarios para producir baterías eléctricas, han aumentado un 144 %.

“A raíz de este aumento, el precio medio de las materias primas de un vehículo eléctrico (VE) se sitúa ahora en U$S 8.255 cuando en marzo de 2021 era U$S 3.381”, precisan desde AlixPartners.

Si bien la producción de vehículos a combustión también se ha encarecido, por la suba de las materias primas, la magnitud en que lo hizo la estructura de costos de las unidades eléctricas agrandó la brecha entre ambas formas de movilidad.

Según AlixPartners, el valor medio de las materias primas necesarias para producir un vehículo de combustión se sitúa ahora en U$S 3.662 por automóvil, U$S 4.593 menos que para los eléctricos.

En marzo de 2020, el precio medio de las materias primas utilizadas en coches a combustión, como acero o aluminio, ascendía a U$S 1.779.

Ante este contexto de costos crecientes habrá que seguir de cerca la evolución del mercado de la electromovilidad.

Se estimaba que para 2028, los vehículos eléctricos representarían un tercio de las ventas mundiales de automóviles y que para 2035 la proporción llegaría al 54 %.

En los próximos cuatro años, la industria automotriz tiene previsto invertir U$S 526.000 millones para la producción de vehículos eléctricos ¿Se mantendrán estas proyecciones?

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