En vísperas de una nueva edición de Expoagro (7 al 10 de marzo, San Nicolás), el clima de negocios en el sector agropecuario no es el mejor.

Las condiciones ambientales, que a lo largo de los últimos meses ha combinado sequía y hasta una helada que genera interrogantes sobre su impacto, van a recortar la producción de soja y de maíz.

A eso se suma el pobre desempeño de las variables macro, que hacen que las condiciones para hacer inversiones no sean las adecuadas.

Al menos eso es lo que consideran los productores y los reflejan a la hora de dar su opinión respecto a cómo proyectan el año para el sector agropecuario.

El horno no está para bollos

En enero, el Ag Barometer Austral, elaborado por el Centro de Agronegocios y Alimentos de la Universidad Austral, alcanzó un valor de 68 puntos en la confianza de los productores agropecuarios. Es de los más bajos de su historia del indicador, vigente desde octubre de 2008.

Dentro de ese índice, un dato que muestra una caída de gran magnitud es el de “Oportunidad para realizar inversiones”.

En este año que recién comienza, un 79% de los productores consultados –la muestra abarca a 409 empresa agropecuarias– manifiesta que es un mal momento para realizar inversiones en activos fijos, como maquinaria agrícola.

El valor de 41 puntos, sobre una base 100 puntos, representa una caída de más del 60% con relación a enero 2022, que fue 119 (el pico más alto registrado).

Sobre las expectativas del sector agropecuario para los próximos 12 meses, un 49% piensa que el sector va a estar en una situación peor que la actual, con una sensación de marcado pesimismo, “aunque con un cierto dejo de esperanza por la mejora en las variables climáticas y eventuales cambios en las políticas dirigidas al sector”, acota Carlos Steiger, uno de los autores del informe. Aun así, no alcanza a compensar la gran caída en la situación presente.

El informe de la Universidad Austral identifica las causas que generan este pesimismo: “72% de los productores manifiesta estar financieramente peor que un año atrás”, advierte.

La mala cosecha de trigo dejo en rojo el balance de la caja que tenían previsto para encarar la inversión en granos gruesos, que en muchos casos fue mayor a la esperada debido a la necesidad de resiembras y que no ofrece garantías de recupero.

Comparada con la del año anterior, la condición financiera de los productores implica una caída del 50% y se la ubica como la más baja de toda la historia.

Un escenario difícil de revertir en el corto plazo.

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