El debate sobre el uso de la inteligencia artificial (IA) ha crecido en los últimos tiempos, sobre los fundamentos de dos bibliotecas: Una que pide su regulación, ante el temor de que sus límites se vayan de las manos; y la otra que ve a la combinación de algoritmos capaces de crear máquinas que presenten las mismas capacidades que la de los seres humanos, como el mayor desarrollo de la humanidad.

Más allá de estas diferencias, que deberían terminar resolviéndose sobre la línea del equilibrio, todas las actividades se interrogan sobre cuál es el uso que le podrían dar a la IA.

Hace poco más de un año, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) decidió explorar opciones de políticas públicas para promover la adopción de la IA en la industria nacional de la maquinaria agrícola, por considerarlo un sector industrial tecnificado y susceptible de introducir mejoras en autonomía y automatización.

Para el desarrollo de este proyecto, el BID seleccionó a Element AI, una de las compañías líderes en el desarrollo y la implantación de soluciones de IA a nivel mundial.

El estudio de campo se estructuró sobre cinco dimensiones de una organización que deben estar alineadas para adoptar la IA de manera efectiva: Eestrategia, datos, tecnología, recursos humanos y gobernanza.

También estableció cinco etapas de madurez a través de las cuales evolucionan las empresas que la adoptan: Exploración, experimentación, formalización, optimización y transformación.

Este marco, según sostiene el informe del BID, fue el que guió el desarrollo de la encuesta nacional y las entrevistas en profundidad, así como el diseño de las recomendaciones de política.

El proyecto fue patrocinado y supervisado por la División de Competitividad, Tecnología e Innovación del BID, y llevado a cabo por Grace Abuhamad, Cory Salveson, Lilia Stubrin y Carlos Braga, integrantes de un equipo de la empresa Element AI.

Resultados

Según la encuesta llevada a cabo sobre 100 empresas, 45% de las consultadas admitieron estar en la etapa de exploración y 38%, en la de experimentación.

En otras palabras, el informe señaló que «el 83% de las empresas encuestadas solo han realizado experimentos iniciales con la IA, y la mayoría de ellas todavía está pasando de una toma de conciencia general de la tecnología a preguntas específicas sobre qué problemas u oportunidades pueden ayudar a abordar su incorporaciçon”.

El estudio reveló que hasta ese momento no se habían identificado empresas en la etapa superior (transformación) y el 17% de las que se encuentran en las etapas de formalización y optimización son de servicios de IA o grandes compañías con equipos dedicados a desarrollar productos.

Según el informe, no se halló una diferencia significativa en la madurez de las empresas por provincia. En cambio, se halló una diferencia según los volúmenes de ventas internacionales, donde los mayores exportadores muestran una madurez algo mayor.

En consecuencia, “casi la mitad de las compañías encuestadas tiene interés en la IA, pero aún no han formalizado un plan o estrategia. La mayoría carece de una comprensión clara del ecosistema de la IA en Argentina, que incluye a decenas de organizaciones del sector público y privado”.

El estudio advirtió que este desconocimiento de las empresas encuestadas sobre el ecosistema de IA en el país puede ser una barrera para recurrir a ayuda.

“La mayoría de ellas no son sistemáticas a la hora de invertir en datos en general, ni en datos para IA en particular, y no están seguras de cómo los datos pueden contribuir a los proyectos de IA”, señaló.

El informe tuvo como objetivo hacer una primera evaluación a campo para el diseño de una política pública que permita la adopción de esa tecnología.

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