Si bien la inflación a nivel mundial tiende a bajar, la incertidumbre no se termina de disipar en la economía global.

Es por ello que en los principales mercados de la maquinaria agrícola (Estados Unidos y Europa), los primeros meses del año han sido con retracción en sus niveles de actividad.

En Estados Unidos, el último informe de la Asociación de Empresas de Maquinaria Agrícola (AEM) identifica vientos en contra para su desarrollo positivo.

Las tasas de interés y el estrés en el sistema bancario crean riesgos adicionales para el pronóstico agrícola estadounidense. Además, un crecimiento más lento (1% del PIB) y temores de recesión hacen lo suyo para retraer las ventas.

Para colmo, los precios de los alimentos se reducen y con ellos el poder adquisitivo de los productores. El índice de precios de los alimentos ha retrocedido desde su punto máximo a principios de 2022, como se refleja en los precios de los cereales y de la soja.

Se frenó el motor

En este contexto, en los primeros cuatro meses del año la venta de tractores en Estados Unidos cayó -16,3%.

De acuerdo con los datos de la AEM, entre enero y abril se comercializaron 74.810 unidades de entre 40 y 100 HP, con una caída de +15,6% respecto a los 88.677 tractores vendidos en igual periodo del año pasado.

Solo el segmento de Alta Potencia se salva de la pérdida interanual, con un crecimiento de +5,1% en lo que va del año.

Europa

Del otro lado del océano Atlántico, la situación es similar. En mayo, el índice de clima empresarial general para la industria de maquinaria agrícola europea dejó por completo su trayectoria ascendente, y apenas aún conserva signo positivo.

En una escala de -100 puntos a +100 puntos, el indicador mensual de negocios de la Asociación Europea de Maquinaria Agrícola (CEM) mostró durante el mes pasado una caída de 16 a 11 puntos.

La acumulación de pedidos había alcanzado su punto máximo en meses anteriores, pero ahora el volumen de nuevas órdenes se ha reducido de manera significativa.

Está para un período de producción de 5,5 meses que, si bien sigue siendo muy alto en una comparación histórica, es sustancialmente más bajo que en cualquier momento del año pasado.

“Si bien se puede observar una relajación considerable por el lado de la oferta, aumentan las incertidumbres con respecto al mercado y, en consecuencia, los niveles de confianza están disminuyendo”, alertan las empresas europeas.

Si bien todavía hay una mayoría moderada de representantes de empresas con expectativas de facturación positivas para algunos mercados grandes, como Francia y Alemania, la confianza prácticamente se ha derrumbado en mercados como Italia, España y Polonia, tres de los más importantes del bloque.

Lo que puede ocurrir con el clima en los próximos meses será determinante para algunas zonas productoras del mundo.

No sólo en Argentina y Brasil, sino también en Estados Unidos, donde se comenzará a definir la suerte de la cosecha de soja y de maíz.

 

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