La columna de Alejandro

Por Alejandro Rollán

28/09/2023 | Opinión

La huella de carbono: El camino que viene transitando maquinaria agrícola

Los motores de combustión interna, cada vez más amigables con el ambiente, seguirán siendo a mediano plazo las fuentes de energía en los equipos de mayor tamaño y potencia.

El impacto ambiental que genera la producción agropecuaria es un aspecto que gobiernos, empresas y asociaciones tienen cada vez más presente en sus agendas conjuntas para los próximos años.

En el sector de la maquinaria agrícola, reducir la huella de carbono a partir de motores cada vez más amigables con el ambiente es parte de esa estrategia en la que trabajan desde hace años.

Proveedores de impulsores y fabricantes de vehículos autopropulsados son cada vez más eficientes en torno a mitigar los gases de efecto invernadero que genera la combustión.

Si bien los motores eléctricos conducirán a un ambiente más limpio, el camino hacia ese objetivo 100% parece aún lejano.

Fabricantes de maquinaria agrícola europeos, por ejemplo, aseguran que para que la mayor parte del parque de maquinaria agrícola de la UE produzca una reducción significativa de dióxido de carbono, el motor de combustión interna seguirá siendo una solución viable y necesaria, pero no suficiente.

Lo será en alianza con los combustibles renovables y con bajas emisiones de carbono, en particular los combustibles de biomasas líquidos y gaseosos, el hidrógeno verde y los combustibles electrónicos.

A partir de este escenario, a corto y medio plazo, la electrificación total en la maquinaria agrícola parece más factible en equipos de menor tamaño y baja potencia, mientras que para máquinas de alta potencia no es por ahora una opción a los motores de combustión.

Combustión más amigable

No obstante, los fabricantes europeos aseguran que el desarrollo de estas tecnologías es un elemento clave en el camino hacia un compromiso de carbono cero.

Mientras tanto, reemplazar a todos los motores diésel llevará tiempo. Se estima que sólo en Estados Unidos, el 75% de las grandes maquinarias agrícolas dependen del gasoil.

Más allá de que el tiempo parece un aliado, los fabricantes de motores diésel no se han quedado de brazo cruzados.

También han evolucionado y contribuido a reducir la generación de gases de efecto invernadero.

La fábrica de motores Cummins sostiene que 25 tractores de los que se utilizan en la actualidad producen las emisiones que un tractor fabricado en el año 2000.

Brasil está liderando el camino en los mercados de América Latina. Su Gobierno acaba de lanzar un programa para promover la producción y el uso de combustibles renovables, como el biodiesel y el etanol, con el objetivo de reducir emisiones contaminantes.

Consideran que lo que Medio Oriente es para el petróleo, Brasil puede serlo para los combustibles renovables, donde las producciones conjuntas de soja y de maíz van a superar los 300 millones de toneladas.

Actualmente, en Brasil la nafta se mezcla con un mínimo de 18% y un máximo de 27,5% de etanol, pero el Gobierno quiere elevar esta proporción a un mínimo del 22% y hasta un máximo del 30%.

En relación al uso de combustibles renovables en motores diésel, el Consejo Nacional de Política Energética (CNPE) de Brasil aumentó en abril la mezcla obligatoria de biodiésel al 12%. La estrategia oficial es llevar un aumento gradual de la mixtura al 13% en 2024, 14% en 2025 y 15% en 2026.

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